Introducción.
Dios
es el dueño absoluto de todo (Ageo 2, 8): “¡Míos
son el oro y la plata! Oráculo de Yahveh Sebaot”. Y Dios es
misericordioso y generoso como nadie más podría serlo. ¿Entonces por qué no
obtenemos las cosas necesarias para vivir decorosamente, por qué el dinero que
se obtiene no nos alcanza para nada? ¿Por qué sentimos que estamos solos cuando
necesitamos una ayuda económica? La palabra de Dios responde y da soluciones a
estos interrogantes.
El
pecado, los comportamientos indeseados, los vicios son algunos de los causales
de la desgracia del hombre, ¿Y que más desgracia que perder la comunión con Dios?
Dios sabe de nuestra debilidad para resistir los ataques del mal, por eso nos
ha dejado el Espíritu Santo, para que nos de la fuerza que necesitamos. Pero
preferimos seguir en la esclavitud del pecado, cuya paga es la muerte.
El
deseo de nuestro Padre Dios es que nunca nos falte nada (Salmo 37, 19): “Cuando haya escasez no tendrán problemas y
tendrán qué comer cuando arrecie el hambre.”. Dios siempre quiere lo mejor para sus
hijos.
Toda
prosperidad viene de Dios, a él no le agrada ver a sus hijos pasar necesidades (Salmo 37, 25): “Fui joven y ahora
soy viejo, pero nunca vi a un justo abandonado.”
En 2
de Corintios 9, 8 el Señor nos ofrece la prosperidad cuando nos dice: “Y poderoso es Dios para bendecirles de mil maneras, de modo que nunca
les falte nada y puedan al mismo tiempo cooperar en toda obra buena.”. En la medida que
se le permita al Señor actuar en la vida empezará a disfrutar de sus
bendiciones.
Salmo 37, 27 Apártate del mal y haz el bien, y
tendrás una casa para siempre.28 Porque el
Señor ama lo que es justo y no abandona jamás a sus amigos. Los pecadores
perecerán para siempre y se acabará la raza de los malos.29 Los justos poseerán la tierra y habitarán en
ella para siempre.
Ruina
Económica.
Nuestro
Señor Jesucristo dijo que no se podía servir a Dios y al dinero (Mateo 6, 24): “Nadie puede servir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará
al otro, o bien cuidará al primero y despreciará al otro. Ustedes no pueden
servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero.”, con lo cual declaró
implícitamente que el dinero tiene algo antagónico respecto a Dios; es decir,
no es uno de los elementos que conduce con mayor facilidad al Reino de los
Cielos. Tanto es así que el Señor dice: “Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un
rico entrar en el Reino de Dios.” (Marcos 10, 25). Por eso se puede decir que el
dinero pertenece más al príncipe de este mundo que a nuestro Dios, por tanto no
podemos negar que el demonio tiene poder sobre las riquezas de este mundo.
Recordemos que se las prometió todas a Jesús si se postraba en tierra
adorándolo (Mateo 4, 8-9): “8 A
continuación lo llevó el diablo a un monte muy alto y le mostró todas las
naciones del mundo con todas sus grandezas y maravillas. 9 Y le dijo: «Te daré todo esto si te arrodillas
y me adoras.»”. Aquí podemos deducir que si nuestros bienes económicos no tienen
bendición de Dios, Satanás tranquilamente puede arrasar con ellos, como ocurrió
en el caso de Job en el momento que Dios retiró su bendición.
Recapacitemos sobre
las palabras que el tentador dirige a Dios y la acción posterior de Satanás
(Job 1, 1 y ss):
1 Había en
el país de Us un hombre llamado Job; era un varón perfecto que temía a Dios y
se alejaba del mal. 2 Tuvo siete hijos y tres
hijas. 3 Tenía muchos servidores y poseía siete mil
ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas burras.
Este hombre era el más famoso entre todos los hijos de oriente. 4 Sus hijos acostumbraban a celebrar banquetes
por turno, en casa de cada uno de ellos, e invitaban también a sus tres
hermanas a comer y beber con ellos. 5 Una vez
terminados los días de esos banquetes, Job los mandaba a llamar para
purificarlos; se levantaba muy temprano y ofrecía sacrificios por cada uno de
ellos, pues decía: «Puede que mis hijos hayan pecado y ofendido a Dios en su
corazón.» Así hacía Job. 6 Un día, cuando los hijos
de Dios vinieron a presentarse ante Yavé, apareció también entre ellos Satán.7 Yavé dijo a Satán: «¿De dónde vienes?» Satán
respondió: «Vengo de la tierra, donde anduve dando mis vueltas.» 8 Yavé dijo a Satán: «¿No te has fijado en mi
servidor Job? No hay nadie como él en la tierra. Es un hombre bueno y honrado,
que teme a Dios y se aparta del mal.» 9 Satán respondió: «¿Acaso Job teme a Dios sin
interés? 10 ¿No lo has rodeado de un cerco de protección a
él, a su familia y a todo cuanto tiene? Has bendecido el trabajo de sus manos y
sus rebaños hormiguean por el país. 11 Pero
extiende tu mano y toca sus pertenencias. Verás si no te maldice en tu propia
cara.» 12 Entonces dijo Yavé a Satán: «Te doy poder
sobre todo cuanto tiene, pero a él no lo toques.» Y Satán se retiró de la
presencia de Yavé. 13 Un día los hijos y las
hijas de Job estaban comiendo y bebiendo en casa del hermano mayor. 14 Vino un mensajero y le dijo a Job: «Tus bueyes
estaban arando y las burras pastando cerca de ellos. 15 De repente aparecieron los sabeos y se los
llevaron y a los servidores los pasaron a cuchillo. Sólo yo pude escapar para
traerte la noticia.» 16 Todavía estaba hablando,
cuando llegó otro que dijo: «Cayó del cielo fuego de Dios y quemó completamente
a las ovejas y sus pastores. Sólo escapé yo para anunciártelo.» 17 Aún no terminaba de hablar, cuando entró un
tercero, diciendo: «Los caldeos, divididos en tres grupos, se lanzaron sobre
tus camellos, se los llevaron, dieron muerte a espada a tus mozos y sólo yo he
escapado para anunciártelo.» 18 Estaba
éste contando lo sucedido cuando un último lo interrumpió, diciendo: «Tus hijos
e hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa del mayor de ellos. 19 De repente sopló un fuerte viento del desierto
y sacudió las cuatro esquinas de la casa; ésta se derrumbó sobre los jóvenes y
han muerto todos. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia.» 20 Entonces Job se levantó y rasgó su manto.
Luego se cortó el pelo al rape, se tiró al suelo y, echado en tierra, 21 empezó a decir: «Desnudo salí del seno de mi
madre, desnudo allá volveré. Yavé me lo dio, Yavé me lo ha quitado, ¡que su
nombre sea bendito!» 22 En todo esto no pecó Job
ni dijo nada insensato en contra de Dios.
La declaración de
Satanás nos ilumina particularmente, primero sobre el poder protector que tiene
la bendición del Señor sobre nuestros bienes económicos, ya que el mismo
tentador asegura que no puede tocar las posesiones de Job, porque ese vallado
(cercado) espiritual de la bendición de Dios lo mantiene inmune contra todas
sus incursiones.
Lo segundo, sobre
lo cual nos iluminan estas palabras, es que, de suyo, todos los hijos de Dios
deberíamos gozar del mismo vallado de protección divina sobre nuestra economía;
por tanto, si alguien se aqueja de pasar estrecheces económicas, o no se está
comportando como hijo de Dios y por tanto Dios no ha protegido sus bienes, o en
el caso de tratarse de un hombre cabal, recto, que temía a Dios y se apartaba
del mal, como dice la Sagrada Biblia que era Job; entonces cabe la posibilidad
de que como en el caso de Job, esa persona recta y justa sea probado en su
fidelidad para ver si su amor al dinero no está por encima de su amor a Dios.
Pues por las palabras del demonio se deduce que en eso consistía la prueba, ver
si Job no maldecía a Dios por el hecho de quitarle todo lo que le había dado.
El verdadero
significado de la miseria.
La miseria es tener menos o nada de lo
suficiente para hacer la voluntad de Dios.
Es no saber dar a los demás, es tener y no saber
disfrutarlo, es poseer y decir que nunca es suficiente, es nunca estar contento
con lo que Dios nos da.
El verdadero problema no es cuanto tienes o
cuanto ganas es como lo gastas, la esclavitud financiera es todo lo que te ata
a tu dinero y no te permite experimentar un verdadero contentamiento o
satisfacción, tu dinero te lleva a tensiones, no te permite dormir, te produce
enfermedades y te destruye moral, física y emocionalmente, te aparta de Dios y
tu familia, todo tu tiempo y esfuerzo está en ganar y ganar más motivado por
tus temores.
El secreto de prosperar no está en la cantidad
que en este momento tengas, es nuestra actitud hacia nuestro dinero lo que
determina nuestra prosperidad, si tu controlas tu dinero y este no te controla
a ti estas en posición delante de Dios para ser bendecido, pero si tu dinero te
controla a ti y tu no lo puedes controlar entonces aun no estás preparado para
ser bendecido por Dios.
(Eclesiastés 2, 21-25, Eclesiastés 3, 12-13 y
22, Eclesiastés 5, 18-19, Eclesiastés 8, 15, Eclesiastés 6, 1-3)
Causas de una ruina
económica.
1.
La desobediencia a Dios
(Deuteronomio 28, 15): “15 Pero si no obedeces la voz de Yavé, tu Dios, y
no pones en práctica todos sus mandamientos y normas que hoy te prescribo,
vendrán sobre ti todas estas maldiciones”.
2.
Robarle a Dios
(Malaquías 3, 8-12): “8 ¿Puede acaso un hombre engañar a Dios? Pero
ustedes me están engañando. Ustedes dirán: «¿En qué cosa te hemos engañado?»
Pues, con los diezmos y tributos sagrados. 9 Por eso los maldigo, a todos ustedes
israelitas, que son unos tramposos. 10 Entreguen, pues, la décima parte de todo lo
que tienen al tesoro del templo, para que haya alimentos en mi casa. Traten
después de probarme, dice Yavé de los ejércitos, para ver si les abro las
compuertas del cielo o si derramo para ustedes la lluvia bendita hasta la
última gota. 11 Yo espantaré a la langosta para que no devore
sus campos ni se seque la viña de su propiedad, dice Yavé de los ejércitos. 12 Entonces vendrán a felicitarlos todas las
naciones, porque su país será un paraíso.”
3.
Indiferencia egoísta
ante las cosas de Dios (Ageo 1, 2-6): “2 "Aquí tienen una respuesta de Yavé a lo
que dice este pueblo, que todavía no ha llegado el momento de reconstruir la
Casa de Yavé." 3 Así es cómo Yavé habló
por medio del profeta Ageo, y les dijo: 4 "¿Cómo es posible que ustedes se queden
en sus casas bien construidas, mientras esta Casa es un montón de
escombros?" 5 Pues bien, Yavé de los Ejércitos les dice:
"Examinen cómo van sus asuntos: 6 ustedes
han sembrado mucho, pero han cosechado poco; han comido, pero se han quedado
con hambre; han bebido, pero han seguido con sed; se han vestido, pero no
estaban bien abrigados. Y el obrero pone el dinero que ha ganado en un bolsillo
roto.”
4.
El amor al dinero
(1ª Timoteo 6, 10): “10 Debes saber que la raíz de todos los males es
el amor al dinero. Algunos, arrastrados por él, se extraviaron lejos de la fe y
se han torturado a sí mismos con un sinnúmero de tormentos.”
5.
Incurrir en pecados financieros como el fraude, extorsión, el soborno,
etc. Al incumplir los principios bíblicos que producen sus bendiciones
financieras.
6.
Toda forma de injusticia social hacia los pobres.
Son muy pocos los
católicos que tienen la conciencia de que a Dios también hay que darle culto
mediante el dinero, pues, están acostumbrados a amar y servir a Dios de palabra
pero no incluyen los bolsillos, por esta razón, son tan vulnerables a los
maleficios de ruina económica por cuanto no tienen el vallado (cercado)
espiritual de la bendición de Dios.
La economía debe
santificarse mediante los diezmos, ofrendas y primicias para alcanzar el
vallado de protección que tenía Job. Recordemos que a través de la brujería se
puede inducir a una ruina económica, por ende, la economía debe estar blindada
contra todo mal, pues, como se dijo anteriormente, las Sagradas Escrituras
afirman que Satanás puede tener poder sobre la economía de los hijos de Dios,
si el mismo señor se lo permite.
Principales
síntomas de una maldición financiera.
1. Por más que trabajas siempre obtienes pocos resultados
(Ageo 1, 6): “6 ustedes han sembrado mucho,
pero han cosechado poco; han comido, pero se han quedado con hambre; han
bebido, pero han seguido con sed; se han vestido, pero no estaban bien
abrigados. Y el obrero pone el dinero que ha ganado en un bolsillo roto.”
2. Siempre estás quebrado a causa de tus deudas
(Deuteronomio 28, 44): “44 Él te prestará y tú tendrás que
pedir prestado; él estará a la cabeza y tú a la cola.”
3. Lo que ganas nunca te rinde (Ageo 1, 6 y Eclesiastés
5, 10-11):
Eclesiastés - “10 Si se acrecienta la riqueza, se multiplican
también los que se la comen: ¿y qué saca su dueño con tenerla? Sólo el gusto de
verla. 11 El sueño del trabajador será tranquilo, haya
comido poco o mucho; pero la saciedad del rico no le permite dormir.”
4. El dinero te produce preocupación y dolor (Eclesiastés
5, 12-14):
“12 Hay otra
mala suerte que ví bajo el sol: la riqueza que uno guardó para su propia
desgracia. 13 Perdió esa riqueza en un mal negocio, tiene un
hijo y no tiene qué dejarle. 14 Desnudo
sale el hombre del vientre de su madre, y desnudo volverá tal como vino. Nada
podrá llevarse de todas las obras que realizaron sus manos.”
5. Te esfuerzas demasiado y nunca alcanzas el éxito (eres
cola pero no cabeza Deuteronomio 28, 44): “44 Él te prestará y tú tendrás que pedir
prestado; él estará a la cabeza y tú a la cola.”
6. El afán constante de ganar más sin poder disfrutar de
tu dinero (Eclesiastés 6, 1-2): “1 Hay otro mal que he visto bajo el sol y que
aplasta al hombre. 2 Alguien recibió de Dios
fortuna, riqueza y honores: nada faltó de todo lo que pudo desear. Pero Dios no
le concede disfrutar de ello, y es otro el que lo aprovecha. Esta es otra cosa
muy mala y que no se puede justificar.”
7. Gastas y gastas y no puedes parar, no hay un control
en tus gastos (Isaías 55, 2): “2 ¿Para qué van a gastar en lo que no es pan y
dar su salario por cosas que no alimentan? Si ustedes me hacen caso, comerán
cosas ricas y su paladar se deleitará con comidas exquisitas.”
Opresión
Financiera.
Las deudas no son
de Dios, son trampas del diablo para que el pueblo de Dios permanezca
angustiado, porque la persona endeudada pierde la paz. Si cada uno pensara un
poquito antes de contraer deudas, se evitaría dolores de cabeza. El cristiano
no debe comprometerse en deudas mayores a sus entradas, debe llevar su propia
contabilidad de tal manera que sepa cuánto tiene y cuánto puede gastar.
En Romanos 13, 8,
dice: “8 No tengan
deuda alguna con nadie, fuera del amor mutuo que se deben, pues el que ama a su
prójimo ya ha cumplido con la Ley.”
El señor nos da la
posibilidad de la libertad financiera a través de su palabra. Analicemos la
expresión que encontramos en Deuteronomio 28, 12: “12 Yavé abrirá para ti los cielos, su rico
tesoro, para dar a su tiempo la lluvia que necesiten tus campos, y para mandar
la bendición sobre todo cuanto emprendas. Tú prestarás a naciones numerosas y
no pedirás prestado a ninguna.”, en esta expresión la Palabra de Dios nos
invita a no tener deudas, a evitar dejarnos llevar por la tentación.
Causas de los
problemas financieros.
El señor no quiere
que su pueblo se mantenga oprimido. En su palabra manifiesta el deseo de darnos
libertad (Lucas 4, 18): “18 El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha
ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los
cautivos, y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los
oprimidos.”. Pero Satanás le da envidia que nosotros estemos bien, por eso trata de
oprimirnos atacando nuestra área financiera para no dejarnos disfrutar de una
vida llena de prosperidad (ya sea espiritual, física o económica).
Nuestro enemigo el
diablo, el que siempre ha tratado de atraparnos y de sujetarnos con distintos
engaños y artimañas para tenernos en su poder, sabe que la parte financiera es
la que reina en el mundo. El poseerla o no poseerla condiciona al ser humano.
Algunos están esclavizados por el dinero, otros atados a las deudas, otros
corrompidos por la adquisición de dinero fácil, otros oprimidos por el espíritu
de ruina de tal manera que el pueblo de Dios, está encarcelado y sentenciado a
su propia destrucción, tanto espiritual, moral y material.
Debido a la
incapacidad espiritual de reclamar a Nuestro Padre Dios los derechos que nos
corresponden como hijos del dador y dueño de todo lo que existe, los cristianos
cada día nos rendimos en la miseria espiritual y material, porque no sabemos
soltarnos de las garras del diablo. Es que los cristianos no comprendemos que
debemos tomar las armas que Dios tiene para su pueblo, no estamos preparados
para la lucha y no podemos defendernos, por eso nuestro adversario se roba las
bendiciones que nos pertenecen, en vez de disfrutar de la prosperidad, estamos
viviendo de ilusiones insatisfechas, de envidias, de carencias y de ruina.
Tenemos el derecho
como hijos de Dios a vivir una vida Próspera y no de miseria. Pero ¿Qué sucede?
Existen muchas causas que lo impiden y cada persona es un caso diferente. Sin
embargo, las más relevantes son: La mala administración de nuestra vida (de los
bienes, del tiempo y de los talentos) y las ataduras intergeneracionales, es
decir, los hilos que nos conectan aún con nuestros ancestros y que en cualquier
circunstancia de nuestra vida pueden unirse y realizar enlaces que nos afectan.
¿Cómo se forma una
atadura financiera?
Actuamos impulsivamente, por ejemplo nos emocionamos
momentáneamente al ver un vestido bonito, decimos sí sin pensar en las
consecuencias (muchas veces cometemos locuras, como gastar más dinero de lo que
podemos conseguir en determinado tiempo), yendo de emoción en emoción se van
añadiendo deudas y lo más grave es que nos acostumbramos a deber y a padecer
las angustias que esto genera, convirtiéndose en un círculo vicioso que se
transforma en atadura. Cuántas veces nos hemos sentido como encarcelados, pero
Jesús dijo en Lucas 4, 18: “18 El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha
ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los
cautivos, y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los
oprimidos.” (él se refería a la cárcel espiritual).
Pocas personas han
asimilado que tenemos poder y autoridad sobre los espíritus del mal, podemos
negarnos rotundamente a vivir con espíritus de deudas, destrucción, enfermedad,
escasez y más espíritus perturbadores. “Jesús reunió a los discípulos y les dio
poder y la autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar
enfermos” (Lucas 9, 1). Aprópiate del poder que Dios te dio.
(Lucas 9, 1): “1 Jesús
reunió a los Doce y les dio autoridad para expulsar todos los malos espíritus y
poder para curar enfermedades.”
(Lucas 10, 19): “19 Miren que
les he dado autoridad para pisotear serpientes y escorpiones y poder sobre toda
fuerza enemiga: no habrá arma que les haga daño a ustedes.”
(Romanos 16, 20): “20 El Dios de la paz aplastará pronto a Satanás y
lo pondrá bajo sus pies. La gracia de Cristo Jesús, nuestro Señor, esté con
ustedes.”
La palabra de Dios
nos advierte que tenemos un enemigo, por lo tanto debemos permanecer siempre
alertas como nos lo dice 1 Pedro 5, 8: “8 Sean sobrios y estén vigilantes, porque su
enemigo, el diablo, ronda como león rugiente buscando a quién devorar.”
En Efesios 6, 12
nos dice que hay fuerzas espirituales destructoras que pueden ejercer una
fuerza controladora en nuestras vidas, que disminuye nuestra capacidad de ser
personas libres:
(Efesios 6, 12): “12 Pues no nos estamos enfrentando a
fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus
fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.”
La palabra de Dios
nos exhorta a hacerle frente al enemigo.
La escritura dice
en Santiago 4, 7-8: “7 Sométanse, pues, a Dios; resistan al diablo y
huirá de ustedes; 8 acérquense a Dios y él se
acercará a ustedes. Purifíquense las manos, pecadores; santifiquen sus
corazones, indecisos.”
Este pasaje
bíblico resume lo que debemos hacer para alcanzar prosperidad (Espiritual,
económica, emocional, etc.)
En Mateo 6, 33-34:
“33 Por lo
tanto, busquen primero el Reino y la Justicia de Dios, y se les darán también
todas esas cosas. 34 No se preocupen por el
día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le bastan
sus problemas.”, el
que sigue al Señor aun durmiendo le llegará bendiciones a su casa.
Todos los seres
humanos siempre tienen dos opciones: El bien y el mal, y los cristianos tenemos
más conciencia de ello, sabemos que estamos en guerra y que tenemos un enemigo
al cual debemos hacerle frente con todas las armas espirituales que Jesús nos
dejó (Lucas 11, 21-22): “21 Cuando el Fuerte, bien armado, guarda su casa,
todas sus cosas están seguras; 22 pero si
llega uno más fuerte y lo vence, le quitará las armas en que confiaba y
distribuirá todo lo que tenía.”
Esto significa que
si le rendimos nuestra vida a Cristo, él es más fuerte que el que está en el
mundo (Satanás). Recibe a Cristo en tu corazón, invítale para que él tome todas
tus cargas, solamente en él podrás se libre. (Mateo 11, 28: “28 Vengan a mí los que van cansados, llevando
pesadas cargas, y yo los aliviaré.”
Hagámosle frente
al enemigo con el arma más poderosa “La Oración”, por medio de ella podemos
derrotarlo y obtener la victoria sobre cualquier problema, pues para Dios no
hay nada difícil (Lucas 1, 37: “37 Para Dios, nada es imposible.»”)
Requisitos para romper
las ataduras financieras.
1. Reconoce que en tu
vida existe una maldición a causa de ataduras financieras.
2. Identifica lo que
causa esa maldición, pide dirección al Espíritu Santo para que te revele cual
es la raíz de tu problema.
3. Convertirnos de
todo corazón: Jesús dijo a la pecadora (Juan 8, 10-11: “10 Entonces se enderezó y le dijo: «Mujer, ¿dónde
están? ¿Ninguno te ha condenado?» 11 Ella
contestó: «Ninguno, señor.» Y Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete y en
adelante no vuelvas a pecar.»”
4. Abrirle la puerta
del corazón a Jesucristo: Apocalipsis 3, 20 “20 Mira que estoy a la puerta y llamo: si alguno
escucha mi voz y me abre, entraré en su casa y comeré con él y él conmigo.”
5. Renuncia y
quebranta el yugo de tu maldición financiera en oración.
6. Reconoce que Dios
es el dueño de todo y lo que has recibido proviene de él. Poner en manos de
Dios nuestra vida, el hogar, el tiempo, los dones, el dinero y los bienes
porque nosotros no somos dueños de nada, todo lo que tenemos es de Dios,
nosotros somos sus administradores (1 Corintios 10, 26): “26 pues del Señor es la tierra y todo lo que contiene.”
7. Aprende a honrar a
Dios con tus ofrendas y diezmos. (Proverbios 3, 9-10): “9 Haz tu ofrenda a Yavé, tomando de tus bienes
los primeros frutos de tus cosechas; 10 entonces
se llenarán de trigo tus graneros y tus cubas desbordarán de vino nuevo.”
Un requisito
primordial para alcanzar la liberación financiera es el diezmo; sin esta
práctica es imposible romper la maldición de ruina (Malaquías 3, 9-10): “9 Por eso los maldigo, a todos ustedes
israelitas, que son unos tramposos. 10 Entreguen, pues, la décima parte de todo lo
que tienen al tesoro del templo, para que haya alimentos en mi casa. Traten
después de probarme, dice Yavé de los ejércitos, para ver si les abro las
compuertas del cielo o si derramo para ustedes la lluvia bendita hasta la
última gota.”
8. Ser un buen
administrador: Al que bien administra bien le va (Proverbios 16, 20): “20 El que reflexiona en los hechos tendrá éxito;
¡feliz el que confía en Yavé!”
9. Aprende a
prosperar con integridad y obediencia a los principios financieros de Dios.
10. Practica la
generosidad a través del dar como una actitud diaria, has de ello un hábito en
tu vida porque es mejor dar que recibir lo dice Hechos 20, 35. (Lucas 6, 38 y 2
Corintios 9, 6)
(Hechos 20, 35): “35 Con
este ejemplo les he enseñado claramente que deben trabajar duro para ayudar a
los débiles. Recuerden las palabras del Señor Jesús: «Hay mayor felicidad en
dar que en recibir.»”
(Lucas 6, 38): “38 Den, y se les dará; se les
echará en su delantal una medida colmada, apretada y rebosante. Porque con la
medida que ustedes midan, serán medidos ustedes.»”
“Acuérdese de
esto: el que siembra poco, poco cosecha; el que siembra mucho, mucho cosecha.
Cada uno debe dar lo que haya decidido dar en su corazón y no de mala gana o a
la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría. Dios puede darles a ustedes
con abundancia toda clase de bendiciones, para que tengan siempre todo lo
necesario y además le sobre para ayudar en toda clase de buenas obras”, (2 Corintios 9, 6): “6 Miren:
el que siembra con mezquindad, con mezquindad cosechará, y el que siembra sin
calcular, cosechará también fuera de todo cálculo.”
11. Aprende a disfrutar de lo que tienes porque esto es un
don de Dios (Eclesiastés 3, 12-13): “12 Vi entonces que su verdadero bien es la
alegría y hacer el bien durante su vida. 13 Si uno puede comer y beber, si encuentra la
felicidad en su trabajo, eso es un don de Dios.”
12. Procura siempre estar satisfecho y contento con todo
aquello que tengas o poseas (Filipenses 4, 11-12): “11 No digo esto porque esté necesitado, pues he
aprendido a arreglarme con lo que tengo. 12 Sé pasar privaciones y vivir en la abundancia.
Estoy entrenado para todo y en todo momento: a estar satisfecho o hambriento,
en la abundancia o en la escasez.” Y (Hebreos 13, 5): “5 No corran tras el dinero, sino más bien
confórmense con lo que tienen, pues Dios ha dicho: Nunca te dejaré ni te
abandonaré.”
13. Tomar la decisión de salir de las deudas (Romanos 13,
8):
“8 No tengan
deuda alguna con nadie, fuera del amor mutuo que se deben, pues el que ama a su
prójimo ya ha cumplido con la Ley.”
14. Hacer un plan para salir de deudas. Si tienes que
hace sacrificios ¡hazlo¡, si tienes que vender algo ¡hazlo¡, si tienes que
volver a empezar ¡hazlo¡, si tienes que entregar las tarjetas de crédito
¡hazlo¡, no hagas más préstamos para tapar huecos, esto lo lleva a adquirir
mayores deudas, mejor es acudir a nuestro señor Jesucristo en oración para que
supla nuestras necesidades, ajústese con lo que ganas pero no adquieras más
deudas (Proverbios 22, 7): “7 El rico domina al pobre, el deudor está a
merced de su acreedor.”
15. Aprender a se organizado. Ante todo suple
las necesidades de tu familia, es importante que todos los miembros de la
familia aprendan a ser buenos administradores, para ello es necesario que bajo
la dirección del Espíritu Santo y en compañía de la Santísima Virgen María se
elabore un presupuesto estableciendo un orden de prioridades de las
necesidades, teniendo en cuenta primero “LAS INDISPENSABLES” tales como:
alimentación, vivienda, salud, educación, transporte; en segundo lugar “LAS
NECESARIAS” como el teléfono, muebles, televisión, carro; por último existen
las necesidades “SUNTUOSAS”, como cocina integral, equipo de sonido, joyas,
paseos o viajes, muebles y ropas de marca, entre otras, si no tienes el dinero suficiente
para comprarlos, ¡ sin ocurrírsele sacar dinero prestado para adquirirlos! Vive
en paz consigo mismo (Filipenses 4, 19): “19 Mi Dios, a su vez, proveerá a todas sus
necesidades, según su inmensa riqueza en Cristo Jesús.”
Para
controlar sus gastos procura llevar registros diarios, semanales y mensuales de
los mismos para compararlos con los presupuestos.
16. Ser Justo y honrado. No participes en juegos de azar ni
negocios ilícitos, no explotes a sus trabajadores y si eres empleado trabaja
con amor y honradez en la empresa, recuerda que su bienestar y el de su familia
depende de ella, se austero pero no miserable, mezquino o tacaño. Aferrase cada
día más al Rey de Reyes y se cumplirá el deseo de nuestro Padre Dios de
bendecir a los justos (Proverbios 10, 6): “6 Las bendiciones descenderán sobre la cabeza
del justo, pero los gritos de los malvados quedarán ahogados.”
Venciendo
al Espíritu de Miseria (cree y serás prosperado)
(Proverbios 24, 30-34): “30 Pasé al lado del campo del flojo, caminé
alrededor de la viña de un tonto: 31 ¡ortigas
por todas partes, el suelo cubierto de zarzas, el muro de piedras caído! 32 Después de haberlo visto, reflexioné y saqué
la lección: 33 se hace una corta siesta, se alarga el rato
para cruzarse de brazos; 34 ¡pero la pobreza se
aproxima a ti como un merodeador, la miseria cae sobre ti como un hombre
armado!”
I.
La mentalidad de pobreza.
La pobreza a la que nos
referimos no es la carencia o la falta de recursos, sino es la carencia o la
falta de capacidad para trabajar y generar esos recursos.
No permitas que entre la escasez
y la pobreza en tu mente, ya que como dice la palabra que de acuerdo a los
pensamientos de nuestro corazón tal eres tú (Proverbios 23, 7: “7 porque toda su actitud es calculada:
"¡Come y bebe!" te dice, pero su corazón no está contigo.”) todo
depende de nuestra perspectiva, si pensamos en derrota nuestras palabras serán
de derrota y atraeremos la derrota, si nuestras palabras son de escasez es que
poseemos una mentalidad de escasez y siempre viviremos con escasez y miseria;
eso tiene que cambiar hoy!!!
La palabra pobreza viene de
la palabra griega ptokos que significa literalmente ser pobre, menesterosa,
vivir en la miseria, escasez, ruina e insuficiencia económica.
Una persona con mentalidad
de pobreza es victima de un espíritu de pobreza; este espíritu es una fortaleza
establecida con el propósito de impedirnos caminar en la plenitud de la
victoria obtenida por Cristo en la cruz y en las bendiciones de nuestra
herencia como verdaderos hijos de Dios. El objetivo de este espíritu no
solamente es impedirnos obtener cosas sino, impedirnos hacer la voluntad de Dios,
para lograrlo, Satanás, quizás pueda darte grandes riquezas pero siempre
estarás pensando que no es suficiente, te llenarás de preocupaciones y tu vida estará
vacía como si estuvieres en la miseria.
Una de las evidencias de
que realmente eres libre de este yugo es la independencia económica, esto
significa que estamos libres de todo yugo económico para tomar decisiones
basándonos en la voluntad de Dios y no en cuanto dinero podamos tener. Las
victimas de este espíritu siempre piensan que nada les alcanza y se enfocan en
lo que no tienen en lugar de enfocarse en lo que poseen ya que esta es la
clave, porque se puede tener abundancia pero se sigue viviendo en la pobreza,
ya que no existe un proyecto de vida, la palabra lo dice que en el barbecho de
los pobres hay mucho pan, mas se pierde por falta de juicio (Proverbios 13,23: “23 El campo que trabaja el pobre lo alimenta,
mientras otros perecen por falta de justicia.”).
Para poder generar recursos materiales primero debemos
de calcular los gastos como dice la palabra, es poco probable alcanzar la
abundancia si no se posee una mentalidad favorable a ese objetivo, un criterio
productivo que nos permita crear y saber aprovechar las oportunidades que nos
llevan a eso. La mentalidad de pobre se alimenta con excusas como “aun no es mi tiempo, no estoy preparado, todo se debe a la crisis, este
es mi destino, etc.”, con el
consejo de perdedores como “no sirves
para eso, no te mortifiques, para que batallas, quédate como estas, solo se
vive una vez, etc.” O de la pereza “lo hare mas
tarde, es muy difícil, no quiero batallar, etc.” O de sentimientos de
dependencia como “espero que el gobierno me
ayude, la gente es muy mala porque no me da” también somos víctimas de nuestra cultura
cuando proclamamos frases “a que le tiras cuando
sueñas mexicano, el que nace para maceta no pasa del corredor, o el que es
tamal del cielo le caen las hojas” así mismo ideas equivocadas de un pensamiento
religioso cuando creemos que la pobreza es espiritualidad, que el dinero es
malo y que el desear la abundancia es un pecado; a veces pensamos que si otro
no pudo nosotros tampoco podemos, entonces sub valoramos nuestro potencial para
poder generar recursos, ya que Dios nos ha dado ese poder de hacer las riquezas
como esta escrito en Deuteronomio 8, 18: “18 Más bien acuérdate de Yavé, tu Dios, que te
dio fuerzas para conseguir este bienestar, cumpliendo así la alianza que bajo
juramento prometió a tus padres, como en este día sucede.”
En la Sagrada Biblia la
pobreza esta relacionada con la falta de entendimiento, la avaricia, la pereza,
la negligencia, los vicios y la necedad, así como nuestra propia manera de
hablar las cosas.
II.
Causas que abren la puerta a
un espíritu de miseria:
Podemos establecer
diferentes causas de la miseria, debemos de entender que las dos mayores pueden
ser la injusticia social que lleva a la falta de oportunidades y desarrollo de
muchos pueblos en el mundo y la falta de conocimiento de los principios
bíblicos que nos llevan a generar recursos materiales, estas serian los
factores o causas:
a) La ignorancia. Esta puede ser la falta de
información o de conocimiento en la palabra de Dios, falta de planeación o de
educación en las personas.
b) La apatía. Es la actitud o la falta
de deseo para cambiar, aparece cuando la gente pierde interés o se siente tan
impotente que no intenta cambiar las cosas o mejorar su condición.
c) Dependencia. Esta viene cuando solamente
dependemos de la asistencia o la ayuda de otras personas o inclusive del
gobierno, con ella nos auto justificamos para continuar con nuestra miseria
pensando que todo nos lo deben de dar, es decir dependemos de la caridad de
otros.
d) La corrupción. Es como dijimos al
principio cuando somos víctimas de la injusticia social, solo existen unos
cuantos privilegiados, los más poderosos acaparan las riquezas, los recursos
destinados a los servicios y prestaciones de una comunidad es desviado a los
bolsillos de los gobernantes, una persona en posición de poder saca provecho
personal abusando de los mas desposeídos
e) El sistema de creencias. Es cuando creemos que no
vamos a poder, que nuestro destino es siempre estar así, que es mejor tener
poco que preocuparse, etc. Este sistema de creencias se manifiesta en nuestra
mentalidad cuando: 1. Pensamos que la vida está llena de malas cosas y nos las
merecemos; 2. Para que perseguir sueños y metas si es muy difícil y nunca se
cumplen. 3. Esperamos que otros nos ayuden y no estamos dispuestos a ayudar, solamente
esperamos lo que la vida nos quiera dar. 4. Confían siempre en la suerte
pensando que su riqueza va a venir por comprar un billete de lotería o
encontrarse un millón de pesos en la calle. 5. Creer que no tenemos decisión
sobre nuestro destino sino que somos lo que nos toco ser.
f) Otras causas que traen decadencia en las finanzas:
Magia de
Suerte: Consiste en
acudir a los hechiceros para atraer las riquezas o en su versión negativa
atraer la ruina sobre una persona, también los que la practican ofrecen sus
facultades para adivinar los números de la lotería, del chance y, en general,
para todo lo que tenga que ver con los juegos de azar. Esto entra dentro de la
numerología.
La numerología es la
disciplina que estudia la vibración energética de los números atribuyéndoles
unas cualidades más allá de las matemáticas. Se les reviste casi de
personalidad propia y de influjo místico, que supuestamente afecta de manera
trascendental la personalidad, las sociedades, los proyectos, las mascotas y
los objetos de personas concretas. Muchos incautos se dejan seducir por las
apariencias científicas de esto y permiten manipular sus vidas por los números
de su fecha de nacimiento, su documento de identidad, la dirección de donde
viven, etcétera, perdiendo la libertad que Dios quiere en sus hijos y
atrayéndose las maldiciones divinas para los que trasgreden la ley de Dios.
Juegos de
Suerte y azar: Dios,
aborrece las prácticas que promuevan las creencias supersticiosas en la suerte
"SORTÍLEGO", y de por sí los juegos de azar fomentan una adoración y
confianza ciega al Dios de la fortuna. Multitud, de jugadores confían en sus
números de la suerte o en amuletos, tal vez opinen que no toman en serio las
supersticiones, pero siguen en ellas de todos modos.
Hay quienes piden a Dios
que les ayude a ganar. No obstante, la Biblia indica que Dios condenará a
quienes afirman adorarlo y no se apartan de estos juegos de suerte y azar. Hay
Católicos que dicen creer en Dios, pero también creen en la suerte, ¿decídete a
quién le vas a depositar tu fe, decídete en quién vas a creer, en la suerte o
en Jesucristo? (Deuteronomio 18, 10-11: “10 Que no haya en medio de ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija
por el fuego; que nadie practique encantamientos o consulte a los astros; que
no haya brujos ni hechiceros; 11 que no se halle a nadie que se
dedique a supersticiones o consulte los espíritus; que no se halle ningún
adivino o quien pregunte a los muertos.”
El juego, también aviva con
descaro el amor al dinero, el cual se ha convertido en una especie de falso Dios,
y el juego, es una forma popular de rendirle culto.
(Proverbios
13, 11): “11 La fortuna
que se adquiere de repente no dura, el que la administra a su ritmo la
aumenta.”
(Proverbios
23, 4-5): “4 No te canses
persiguiendo la riqueza, déjate de pensar en ella; 5 apenas se la ve ya
desapareció. Se pone alas e igual que un águila se pierde entre las nubes.”
(Eclesiastés
5, 10-19): “10 Si se acrecienta la riqueza, se multiplican
también los que se la comen: ¿y qué saca su dueño con tenerla? Sólo el gusto de
verla. 11 El sueño del trabajador será tranquilo, haya
comido poco o mucho; pero la saciedad del rico no le permite dormir. 12 Hay otra mala suerte que ví bajo el sol: la
riqueza que uno guardó para su propia desgracia. 13 Perdió esa riqueza en un mal negocio, tiene un
hijo y no tiene qué dejarle. 14 Desnudo
sale el hombre del vientre de su madre, y desnudo volverá tal como vino. Nada
podrá llevarse de todas las obras que realizaron sus manos. 15 También esto es una mala suerte: irse en el
mismo estado en que uno llegó. ¿Qué más ha hecho sino trabajar para el viento? 8 ¡Cuántos días en que comió pan negro; cuántas
decepciones, fatigas y disgustos! 17 Esto es
lo que veo: todo lo que uno puede esperar es comer y beber, y gozar el bienestar
mientras trabaja bajo el sol durante los contados días de su vida, tales como
Dios se los concedió: esa es su parte.18 Cuando un hombre ha recibido de Dios
posesiones y riquezas; cuando puede comer, gozar y disfrutar de su trabajo,
todo eso es un don de Dios. 19 A lo
menos no piensa en lo corto de la vida mientras Dios le llena el corazón de
alegría.”
La gente cree que la
avaricia es buena, y por eso acuden a casinos con la intención de ganar
"una enorme suma de dinero", pero la Biblia dice: "Que el amor
al dinero es raíz de todos los males" (1 Timoteo 6, 10: “10 Debes saber que la raíz de todos los males es
el amor al dinero. Algunos, arrastrados por él, se extraviaron lejos de la fe y
se han torturado a sí mismos con un sinnúmero de tormentos.” Y (Hebreos 13, 5: “5 No corran tras el dinero, sino más bien
confórmense con lo que tienen, pues Dios ha dicho: Nunca te dejaré ni te
abandonaré.”
Tampoco debes apostar con
los dados. Los jugadores de casinos, bingos, ruletas, loterías, chance, rifas,
máquinas tragamonedas y otros juegos son propensos a actividades pecaminosas
como: FUMAR, BAILAR, TOMAR BEBIDAS ALCOHÓLICAS, CONSUMIR DROGAS, ETC., sin
embargo la popularidad de estos juegos de azar crece a un ritmo alarmante entre
los adolescentes, jóvenes, adultos, y ancianos, esta adicción al juego trae
como consecuencias, la falta de dinero para mantener la familia, divorcios,
suicidios, asesinatos y desfalcos, y esto a su vez ocasiona la condenación del
alma en el infierno.
Los juegos de azar, pueden
ser tan adictivos como cualquier otra droga ilegal y puede conducir a conductas
delictivas, como es el robo de dinero a familiares para mantener el vicio. Huye
de la trampa del juego, porque muchos ven en las loterías y los bingos, genios
mágicos y lámparas adivinas, que les resolverán todos sus problemas, y fundan
así su esperanza y su fe en el Juego y no en Jesucristo. El juego es un vicio
como cualquier otro.
La propaganda de los juegos
de azar, socava la inclinación a trabajar, ahorrar, e invertir dinero en la formación
profesional propia, esto trae consecuencias sociales muy graves para una
sociedad, porque muchos no quieren trabajar sino jugar y apostar.
Muchos ven en las loterías
y los bingos, genios mágicos y lámparas adivinas, que les resolverán todos sus
problemas.
¿Por qué las ganancias de
la lotería no agradan a Dios?: Mucha gente alega comprar la lotería o jugar, a
fin de poder dar dinero a la iglesia, o para alguna otra buena causa. Mientras
este puede ser un buen motivo, la realidad es que pocos utilizan las ganancias
del juego con propósitos devotos. Estudios muestran que la vasta mayoría de
ganadores de la lotería, pocos años después de haber ganado el premio gordo, se
encuentran en una situación económica aún peor de la que estaban al principio.
Pocos, si hubiera alguno, en realidad dan el dinero a una buena causa. Además,
Dios no necesita nuestro dinero para financiar Su misión en el mundo.
Proverbios 13, 11 dice, “El dinero mal habido pronto
se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece”. Dios es soberano y va a
proveer las necesidades de la iglesia a través de medios honestos. ¿Sería Dios
honrado al recibir dinero donado de la droga, o dinero sustraído en el asalto a
un banco? Dios no necesita o desea dinero que fue “robado” a los pobres por la
tentación de las riquezas.
No caigas en la trampa del
Dinero fácil. La Biblia dice: "Con el sudor De tu rostro Comerás el
pan" Génesis 3, 19: “19 Con el sudor de tu frente comerás tu pan hasta
que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado. Sepas que eres polvo y al
polvo volverás.»”
Estos son algunos ejemplos
de Juegos de Azar: Comprar billetes de lotería, jugar en los casinos, apostar
en las carreras de caballo, apostar al baloto, apostar con los dados, apostar
en los partidos de fútbol, apostar en dóminos, parques, cartas, damas chinas,
etc., hacer el chance, jugar en máquinas tragamonedas, ruletas, participar en
rifas, y muchos otras actividades. Esta prácticas Dios no las aprueba.
Muchos en los juegos de
azar han perdido todo el sueldo, pero sin embargo los Juegos de Azar se
consideran un mal admisible y un pasatiempo honesto.
Los juegos de azar pueden
ser tan adictivos como cualquier otra droga ilegal. La Biblia dice en Isaías 55,
2: “2 ¿Para qué van a gastar en lo que no es pan y
dar su salario por cosas que no alimentan? Si ustedes me hacen caso, comerán
cosas ricas y su paladar se deleitará con comidas exquisitas.”
Con una fracción de lo que
cuesta edificar un nuevo establecimiento de juego, se crea ahora páginas de
Internet capaces de convertir en un casino virtual, cualquier hogar que cuente
con una computadora conectada a la Red.
Las propagandas de las
loterías son descaradamente materialistas. Pero peor aún es el materialismo de
genios y lámparas maravillosas, fundado en falsas esperanzas, sueños y
supersticiones. Los administradores de loterías saben que muchos de sus mejores
clientes juegan basándose en SUPERSTICIONES personales, cartas astrales,
supuestos videntes y los venerados "Libros de Interpretación de
Sueños", que asignan números a los nombres, fechas y sueños. Todo esto son
solo tonterías y artes engañosas, que emplean unos pocos, para aprovecharse de
la ingenuidad de muchos.
Teniendo en cuenta que ni
los juegos de azar, ni la adivinación son cosas permitidas por Dios, sino al
contrario, condenadas explícitamente en su palabra, está claro que ningún hijo
de Dios puede recurrir a semejantes prácticas no sin antes en incurrir en una
falta grave contra la conciencia.
Billetes
ritualizados: Muchas
personas que manifiestan decadencia en sus finanzas están íntimamente ligadas a
que poseen billetes anudados. En el caso del billete de un dólar se ha doblado
de tal manera que sólo quede a la vista la pirámide de la masonería con el ojo
de Satanás, que está impreso en la parte posterior de los billetes con la
leyenda “Novus ordo seclorum”, que significa nuevo orden
de los siglos, donde se entiende que las sociedades ya no tendrán un
teocentrismo, sino que estarán bajo el poder de la anarquía diabólica, cuando
no es que han llevado algún billete a ritualizar por un brujo con la esperanza
de alcanzar prosperidad.
III.
Principales síntomas del
espíritu de miseria:
La Sagrada Biblia dice en Proverbios
10, 4: “4 La mano perezosa atrae la pobreza; la mano
diligente se enriquece.” y en Proverbios 13, 4: “4 Si uno se queda en el deseo, no pasa nada: son
los activos los que engordan.” lo contrario a esto es la
negligencia y la pereza; ya que el principal requisito para que te vaya bien en
tu trabajo y puedas producir es que no seas perezoso, ya que esto te lleva a la
miseria ya que la palabra dice que la mano negligente empobrece.
De acuerdo a la Sagrada
Biblia estos podrían ser algunos síntomas que atraen pobreza hacia tu vida:
1. Se creen muy sabios, piensan que todo lo saben,
son los que mas hablan que siempre tienen las respuestas, pero nunca hacen
nada, es el que menos participa cuando se trata de hacer un esfuerzo (Proverbios
26, 16): “16 El flojo se cree más sabio que siete personas
que responden bien.”
2. Para todo pone pretextos (Proverbios 22, 13): “13 El flojo dice: "¡Hay un león afuera, si
salgo me devorará!”
3. Vive lleno de ilusiones y
nunca logra nada (Proverbios
13, 4): “4 Si uno se queda en el deseo, no pasa nada: son
los activos los que engordan.” y Proverbios 21, 25: “25 Los deseos del flojo sólo pueden matarlo,
porque sus manos se niegan a trabajar.”
4. Siempre busca su comodidad, porque no quiere batallar
(Proverbios 6, 9-11): “9 ¿Flojo, hasta cuándo vas a seguir echado?
¿Cuándo vas a levantarte de tu cama? 10 Duermes
un poco, después sueñas un momento, luego estiras los brazos cruzados...11 y de pronto te sorprende la pobreza como un
vagabundo, la miseria cae sobre ti como un ladrón.”
5. Todo lo deja para después, siempre depende de la
caridad de otros (Proverbios 20, 4): “4 El flojo no trabajó en el otoño; ¡cuando
llegue el verano buscará, pero nada!”
6. No tienen visión (Proverbios 20, 13): “13 No te acostumbres a dormitar, vendría la
pobreza; ten abiertos los ojos y tendrás pan.”
7. Nunca dura en los trabajos, no quiere compromisos ni
responsabilidades fuertes (Proverbios 18, 9): “9 El que flojea en su trabajo es hermano del que
demuele.” y Proverbios
10, 26) “26 Vinagre para los dientes, humo en los ojos,
eso es el flojo para su patrón.”
8. Mantiene vicios (Proverbios 23, 21): “21 porque el borracho y el glotón se empobrecen,
y el holgazán irá vestido de harapos.”
9. Siempre están hablando mal (Proverbios 14, 23): “23 Todo trabajo tiene su recompensa, pero lo que
se queda en palabras lleva a la miseria.”
10. Siempre andan en malas
compañías (Proverbios
13, 20): “20 El que anda con sabios se hace sabio, el que
frecuenta a los insensatos se pervierte.”
IV.
Principios para vencer el
espíritu de miseria.
Tu tienes poder para
determinar un cambio radical en tu vida todo depende de tu nivel de fe (Efesios
3, 20) y de pensar abundantemente (Proverbios 21, 5 e Isaías 32, 8).
(Efesios
3, 20): “20 A Dios, cuya fuerza actúa en nosotros y que
puede realizar mucho más de lo que pedimos o imaginamos,”
(Proverbios
21, 5): “5 Los proyectos del empeñoso acaban en
ganancias; para el que se agita sólo hay déficits.”
(Isaías
32, 8): “8 En
cambio, el caballero sólo piensa lo correcto y actúa siempre con decencia.”
1. Reconoce
que has sido victima de un espíritu de pobreza y es tiempo de romper con su
yugo (Proverbios 28, 13): “13 Ocultar sus faltas no conduce a nada, el que
las reconoce y renuncia a ellas se hace perdonar.”
2. Si es
tu forma de pensar la que te detiene, es tiempo de renovar tus pensamientos (Romanos
12, 2): “2 No sigan la corriente del mundo en que
vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así
sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le
agrada, lo que es perfecto.”
3. Cambia
cada idea errónea y negativa por los principios de la palabra de Dios que te
harán prosperar, repítelos de manera constante porque de cada pensamiento se
produce una acción, y de una acción repetida se forman nuevos hábitos.
4. Deja de
pensar con escasez piensa en abundancia (Proverbios 21, 5): “5 Los proyectos del empeñoso acaban en
ganancias; para el que se agita sólo hay déficits.”
5. Cambia
de compañías, júntate con personas que te ayuden a alcázar tu éxito (Proverbios
13, 20): “20 El que anda con sabios se hace sabio, el que
frecuenta a los insensatos se pervierte.”
6. Empieza
a cambiar tus palabras (Proverbios 10, 13): “13 En los labios del hombre inteligente sólo hay sabiduría, la espalda del
insensato merece palos.” y (Proverbios 13, 3): “3 El que vigila sus palabras tendrá larga vida,
el que habla sin parar, se perjudicará.”
7. Antes
de cualquier operación financiera busca el consejo sabio (Proverbios 12, 15): “15 El tonto está seguro de sus decisiones, pero
el sabio atiende a los consejos.”
8. Elabora
proyectos de vida, ten un presupuesto antes de adquirir algún bien, ya que si
actuamos precipitadamente podemos caer en pobreza (Proverbios 21,5; 28,20; 20,21)
(Proverbios 21,5): “5 Los proyectos del empeñoso acaban en
ganancias; para el que se agita sólo hay déficits.”
(Proverbios 28, 20): “20 El que actúa en conciencia será bendecido en
todo, el que corre tras el dinero no estará sin pecado.”
(Proverbios 20, 21): “21 Fortuna adquirida en pocos días no prosperará
después.”
Como
se dijo antes, a través de la brujería hacen que una persona tenga ruina
económica, pues las Sagradas Escrituras afirman que Satanás puede tener poder
sobre la economía de los hijos de Dios, si el mismo señor se lo permite (Job 1,
12) “12 Entonces dijo Yavé a Satán: «Te doy poder
sobre todo cuanto tiene, pero a él no lo toques.».”
Síntomas del maleficio de
ruina económica:
1. Dificultad para encontrar
trabajo o para perseverar en los que se consigue: Esto
quiere decir que presuponiendo la competencia y el buen desempeño de la persona
que se crea afectada, es decir que no procede de falta de cuidado, de
profesionalismo en su labor en comparación con todos los demás compañeros de
trabajo, la persona se percata de que es una constante en su vida la dificultad
para conseguir nuevos empleos o mantenerse más de ocho días en ellos.
2. Desaparición física del
dinero o el dinero no rinde lo que debería: Una
vez deshechas las posibilidades de que alguien esté sustrayendo el dinero por
los métodos de seguridad utilizados, la persona se percata que físicamente el
dinero de un momento a otro deja de existir en parte o en totalidad, o que
teniendo el dinero en el bolsillo no se sabe en que se invirtió.
3. Avería de los
electrodomésticos: El que de vez en cuando se estropee un aparato
eléctrico es algo normal, pero cuando se está bajo la influencia de un
maleficio de ruina, los electrodomésticos de casa se empiezan a estropear o a
quemar sistemáticamente uno tras otro, sin que se verifiquen altibajos de
tensión eléctrica en la zona, hasta llegar a quedarse prácticamente sin ningún
electrodoméstico en servicio.
Cuidados y tratamiento:
Son
tres los pilares que constituyen los cimientos de unas finanzas bendecidas y
protegidas por nuestro Dios: 1. Blindar la economía mediante primicias, diezmos
y ofrendas; 2. La gratitud y 3. Deshacer las maldiciones intergeneracionales de
ruina.
1. Blindar
la economía. Para evitar que Satanás se siga cebando sobre
nuestros bienes materiales, debemos alcanzar una bendición tan grande como la
que Job tenía sobre sus posesiones, que hacía al demonio decir que no podía
tocarlas hasta que Dios levantase dicha bendición. Esta bendición de blindaje
económico se alcanza mediante el
culto económico debido a Dios, y que consta en reconocer de una manera
tangible que todo lo que tenemos proviene exclusivamente de nuestro Padre Dios.
Si analizamos las Sagradas Escrituras en el Antiguo Testamento, vamos a
encontrar cómo Dios, detalladamente, elabora toda una liturgia económica basada
principalmente en las primicias,
en los diezmos y las ofrendas, y en el Nuevo
Testamento, Jesús, lo confirma al decir (Marcos 12, 17) “17 Entonces Jesús les dijo: «Devuelvan al César
las cosas del César, y a Dios lo que corresponde a Dios.» Jesús, pues, los dejó
muy sorprendidos. ¿RESUCITAN LOS MUERTOS?”.
Teniendo en cuenta lo anterior, Cristo no vino a anular el Antiguo Testamento,
sino que vino a darle plenitud, por lo que, no fue una cosa del pasado sino que
también es una exigencia divina actual.
(Números 15, 21) “21 Le darán una parte a Yavé de generación en
generación; serán las primicias de la masa de ustedes.”
Si verdaderamente comprendiésemos que todo lo que tenemos, empezando por
la vida, la salud, la capacidad intelectual, nuestro trabajo, nuestras
empresas, nuestros clientes, todo absolutamente todo nos viene de Dios, nos
parecería de ley pagar primero el impuesto divino (primicias, diezmos y
ofrendas), sin dejar después de pagar el impuesto humano (Impuesto de Renta,
IVA, ICA, Vehículos, Prediales, Etc.).
Las Primicias. El primero de los
elementos mandado por Dios es el de las primicias y consistía en consagrar a
Dios los primeros frutos de nuestras empresas y proyectos, de tal forma que
estos primeros dones materiales que se le ofrecen a nuestro Señor nos traigan
la bendición sobre el resto de nuestros proyectos o negocios. Por ejemplo, Dios pide las primicias en los siguientes
pasajes bíblicos:
(Levítico 23, 10) “10 «Di a los israelitas: Cuando hayan entrado en
la tierra que yo les doy, y ya hagan cosechas, llevarán al sacerdote la primera
gavilla, o sea, las primicias de su cosecha;”
(Deuteronomio 26, 2) “2 tomarás los primeros productos de la tierra
que Yavé, tu Dios, te da, los pondrás en un canasto y los llevarás al lugar
elegido por Yavé, tu Dios, para morada de su Nombre.”
(Ezequiel 20, 40) “40 Sí, en mi montaña santa, en una alta montaña
de Israel, dice Yavé, toda la casa de Israel vendrá a rendirme homenaje. Allí
recibiré y aguardaré sus ofrendas, las primicias de todo lo que me presenten,
de todo lo que me consagren.”
La cantidad de la primicia es más bien poca, con respecto al total de la
cosecha, pero esto era así porque como todavía no se había cosechado todo el
fruto de la siembra, del cual posteriormente tendrían que sacar el diezmo. Su
objetivo era simplemente abrazar o rodear la cosecha entera entre dos actos
sublimes de fe, que son las primicias y el diezmo, de tal forma que todo
trabajo del hombre estuviese envuelto de actos de fe, esperanza y amor a Dios
que atraerían de Dios la protección, la bendición y la abundancia.
Es tan significativa la primicia delante de la óptica de Dios, que
incluso reclama los primogénitos del vientre humano, pero hace la salvedad que
los primogénitos de los humanos tenían que ser rescatados con un cordero en
Éxodo 13, 13: “13 Todo primer nacido de burro ha de ser cambiado
por un cordero; si no, lo matarás. Tratándose de personas, todo hijo
primogénito será rescatado.” Y Éxodo 34, 20: “20 El burro primerizo lo rescatarás con un
corderito; en caso de no ser rescatado, será muerto. Rescatarás el primero de
tus hijos. No te presentarás ante mí con las manos vacías.” En el último versículo
contiene una sentencia que no debemos olvidar ningún creyente cuando dice: “No te presentarás ante mí con las manos vacías.”
El diezmo. Cuando hablamos de
diezmo, no nos referimos a un día de sueldo al año, como la Iglesia Católica ha
tenido que pedir por la dureza de los corazones de sus fieles, sino que nos
referimos a la décima parte de los ingresos netos o ganancia de cualquier
género que se tenga, esto es, el total de los ingresos brutos menos los costos
y gastos necesarios para obtener la ganancia.
(Levítico 27, 30) “30 El diezmo entero de la tierra, tanto de las
semillas como de los frutos de los árboles, es de Yavé, es cosa sagrada para
él;”
(Levítico 27, 32) “32 El diezmo del ganado mayor o menor, de todo lo
que pasa bajo el cayado, será consagrado a Yavé como diezmo.”
(Hebreos 7, 2) “2 y Abrahán le dio la décima parte de todo el
botín. El nombre de Melquisedec significa «rey de justicia», y además era rey
de Salem, o sea, «rey de paz».”
Por tanto es un error pensar que el mandamiento de la Iglesia obligue a
diezmar solamente una vez al año, sino que debe entenderse más bien que pide,
como mínimo, diezmar al menos una vez al año, así como análogamente manda que
todos nos confesemos al menos una vez al año, lo cual no obsta para que nos
confesemos tantas veces como el estado de nuestra conciencia lo requiera.
Escudarse en textos como el de Deuteronomio 14, 22, que dice que cada
año debe apartar el diezmo: “22 Cada año separarás el diezmo de todo lo que
hayas sembrado y que haya crecido en tus tierras.”, es
ilógico y sería una excusa no válida para nuestro tiempo, ya que ese mandato
era para un pueblo agricultor que extraía de la tierra sólo una cosecha al año,
por lo que no podía exigirle un diezmo mensual.
Pero como nuestro sistema económico actual nos da ingresos mensuales y cada
uno de esos ingresos mensuales se debe tomar como una bendición de Dios, se le
deberá dar reconocimiento de ello mediante el diezmo mensual, además, por
estrategia de no acumular una cifra que al final del año se vuelva demasiado
grande, por ende, quede difícil de pagar, sería como por ejemplo, pagar al
final del año todas las cuentas de los servicios públicos de enero a diciembre.
El efecto del diezmo es asegurarnos que la bendición de Dios sea
constante mes a mes, mientras que el de la primicia sería algo así como
consagrar el comienzo de un proyecto, que no se sabe que frutos dará, para que
Dios haga que esos frutos sean abundantes. En todo caso, dar primicias y
diezmar trae abundancia económica porque recibe la bendición de Dios.
(Malaquías 3, 10): “10 Entreguen, pues, la décima parte de todo lo
que tienen al tesoro del templo, para que haya alimentos en mi casa. Traten
después de probarme, dice Yavé de los ejércitos, para ver si les abro las
compuertas del cielo o si derramo para ustedes la lluvia bendita hasta la
última gota.”
(Eclesiástico 35, 8-10): “8 Cada vez que das, muestra una cara alegre,
siéntete feliz de presentar tus diezmos. 9 Da al Altísimo como te ha dado, de todo
corazón y según tus medios; 10 porque el
Señor devuelve la mano; te dará siete veces más.”
(Ezequiel 44, 30) “30 Los sacerdotes recibirán las primicias de
todos los primores y todo lo que sea descontado de lo que ustedes hayan
descontado; las primicias de sus harinas serán para el sacerdote y gracias a
eso vendrá la bendición sobre la casa de Israel.”
Por lo anterior, hay multitud de personas que prefieren el ciento por
ciento de nada, porque tarde o temprano perderá la bendición de Dios, por estar
robando lo que le pertenece a cambio de quedarse con lo suyo que sería el noventa
por ciento de todo, porque con el diezmo se aseguran la constancia de la
providencia de Dios. El gastarse los diezmos constituye un pecado de robo, pues
serán maldecidos, según el libro de Malaquías 3, 8-9: “8 ¿Puede acaso un hombre engañar a Dios? Pero
ustedes me están engañando. Ustedes dirán: «¿En qué cosa te hemos engañado?»
Pues, con los diezmos y tributos sagrados. 9 Por eso los maldigo, a todos ustedes
israelitas, que son unos tramposos.”
En Deuteronomio 12, 17, dice: “17 No podrás comer en tus ciudades el diezmo de
tu trigo, vino y aceite, ni los primeros nacidos de tu ganado, ya sean vacas u
ovejas, ni tampoco de todas aquellas cosas que por voto y espontáneamente hayas
ofrecido a Yavé.”
Y en Jeremías 2, 3, dice: “3 Israel era la cosa sagrada de Yavé, la parte
mejor de su cosecha. Quien comiera de sus frutos tenía que pagar y pronto le
venía la desgracia -palabra de Yavé.”
Muchas de las personas que decimos ser católicos pisoteamos estos
mandatos, pero luego, nos quejamos de que Dios ha dado la espalda en nuestros
negocios.
Gran cantidad de hijos de la Iglesia Católica están viendo televisión,
hablando por teléfono celular de última generación, pagando internet, yendo a
gimnasios y pagándose cirugías estéticas, con lo que han robado de los diezmos
del señor, por eso reciben la maldición quedando vulnerables ante las maldades
de la brujería de ruina económica.
El diezmo tiene poder para ahuyentar al devorador que es Satanás y así
nos hagamos inmunes a todas las ataduras económicas que nos pueden llevar a la
destrucción de nuestro patrimonio y a que queden estériles nuestras empresas y
proyectos.
Dios designa como delegados exclusivos para colectar las primicias y los
diezmos a sus sacerdotes y no a los laicos según Judit 11, 13, dice: “13 Incluso las primicias del trigo y las décimas
del vino y del aceite, cosas sagradas y reservadas a los sacerdotes de
Jerusalén y que ningún laico puede tocar ni siquiera con las manos.”
(Números 18, 28) “28 Así pues reservarán una ofrenda para Yavé de
todos los diezmos que reciban de los Israelitas y entregarán esa parte al
sacerdote Aarón.”
(Ezequiel 44, 30) “30 Los sacerdotes recibirán las primicias de
todos los primores y todo lo que sea descontado de lo que ustedes hayan
descontado; las primicias de sus harinas serán para el sacerdote y gracias a
eso vendrá la bendición sobre la casa de Israel.”
(Eclesiástico 7, 31) “31 Teme al
Señor y honra al sacerdote; dale su parte como se te ha mandado: las primeras
cosechas de tu campo, el sacrificio por el pecado, el lomo de las víctimas, las
ofrendas santas y las primicias de las cosas sagradas.”
Como el diezmo es exclusivo del sacerdote, existirá entonces el deber de
buscar un sacerdote piadoso con quien cumplir la obligación. En el caso de
depositar nuestro diezmo en un sacerdote indigno, debemos tener en cuenta que
al fiel sólo se le pedirá cuentas de si dio o no dio, si cumplió o no cumplió
con su deber sagrado de diezmar; en cambio no se le pedirá cuenta de lo que el
sacerdote haga con esos diezmos, pues ya el mismo Dios le exigirá cuenta de lo
que hizo con ese dinero sagrado, y como consta en muchos testimonios de
místicas que han visto a sacerdotes arder en el infierno, incluso por haber
recibido estipendios sin intención de celebrar esas misas. Cuánto más cuando
reciben el diezmo de Dios para ser administrado y repartido entre su digno
sustento (1 Corintios 9, 13) y el sustento de los pobres, huérfanos y viudas.
(1 Corintios 9, 13-14): “13 ¿No saben
que los que trabajan en el servicio sagrado son mantenidos por el Templo, y los
que sirven al altar reciben su parte de lo que ha sido ofrecido sobre el altar?
14 El Señor ha ordenado, de igual manera, que los
que anuncian el Evangelio vivan del Evangelio.”
Ahora bien, el diezmador debe solicitar a ese sacerdote usar su poder
sacerdotal para atraer la bendición de Dios sobre su economía y patrimonio. Se
sugiere que las primicias y diezmos sean dadas al sacerdote que le ayuda o le
ha ayudado a usted, bien sea en orientación espiritual, liberación y sanación, etc.
Las ofrendas. Podría llamarse algo así como la siembra, pues,
así como cuando uno siembra un arroz cosecha cien, así como cuando aparte de
los frutos de la cosecha que se santifica con la primicia y el diezmo, el fiel
católico se aventura a sembrar mediante la ofrenda, hará que ese fruto
constante que aseguran las primicias y los diezmos se vayan incrementando ya en
la cantidad, ya en el rendimiento.
Las ofrendas en las Sagradas Escrituras se daban con diferentes motivos:
Para consagrar un altar (Números 7, 11): “11 Y Yavé dijo a Moisés: «Cada día uno de los
jefes vendrá para hacer su ofrenda por la dedicación del altar.»”, como expiación por
un pecado cometido (Levítico 9, 7): “7 Y Moisés dijo a Aarón: «Acércate al altar y
ofrece tu sacrificio por el pecado y tu holocausto, haciendo así la expiación
por ti mismo y por los tuyos. También presenta la ofrenda del pueblo y haz la
expiación por ellos, como Yavé lo ha ordenado.»”, por la construcción
de un templo (Éxodo 35, 21): “21 todos aquellos a quienes su corazón movía,
hombres de corazón generoso, vinieron a dejar su ofrenda para Yavé, para la
construcción de la Tienda de las Citas, para todo su servicio y para las
vestiduras sagradas.”, para cumplir un voto (Números 15, 3): “3 Entonces
le ofrecerán a Yavé sacrificios por el fuego, holocaustos o sacrificios de
comunión, le ofrecerán sacrificios de agradable olor, de ganada mayor o menor,
con ocasión de un voto o de una fiesta, o como ofrendas voluntarias.” Y como acción de
gracias (2 Corintios 9, 12): “12 Pues este servicio de carácter sagrado, no
sólo proporcionará a los hermanos lo que necesitan, sino que de él resultarán
incontables acciones de gracias a Dios.”
Para que tengamos en cuenta la gravedad y la seriedad con la que Dios se
toma las ofrendas, sobre todo cuando proceden de un voto o una promesa de
nuestra parte. Veamos el pasaje de Hechos de los Apóstoles 5, 1 y siguientes:
“1 Otro hombre llamado Ananías, de acuerdo con su
esposa Safira, vendió también una propiedad, 2 pero se guardó una parte del dinero, siempre
de acuerdo con su esposa; la otra parte la llevó y la entregó a los apóstoles. 3 Pedro le dijo: «Ananías, ¿por qué has dejado
que Satanás se apoderara de tu corazón? Te has guardado una parte del dinero;
¿por qué intentas engañar al Espíritu Santo? 4 Podías guardar tu propiedad y, si la vendías,
podías también quedarte con todo. ¿Por qué has hecho eso? No has mentido a los
hombres, sino a Dios.» 5 Al oír Ananías estas
palabras, se desplomó y murió. Un gran temor se apoderó de cuantos lo oyeron. 6 Se levantaron los jóvenes, envolvieron su
cuerpo y lo llevaron a enterrar. 7 Unas tres
horas más tarde llegó la esposa de Ananías, que no sabía nada de lo ocurrido. 8 Pedro le preguntó: «¿Es cierto que vendieron
el campo en tal precio?» Ella respondió: «Sí, ese fue el precio.» 9 Y Pedro le replicó: «¿Se pusieron, entonces,
de acuerdo para desafiar al Espíritu del Señor? Ya están a la puerta los que
acaban de enterrar a tu marido y te van a llevar también a ti.» 10 Y al instante Safira se desplomó a sus pies y
murió. Cuando entraron los jóvenes la hallaron muerta y la llevaron a enterrar
junto a su marido. 11 A consecuencia de esto,
un gran temor se apoderó de toda la Iglesia y de todos cuantos oyeron hablar
del hecho.”
Como se puede extraer, la intención con la que se hagan las ofrendas no
es una cuestión de guardar apariencias, sino que se puede afirmar que es de
vida o muerte, es decir, se pone en riesgo la vida eterna.
2. La
gratitud.
Muchos católicos, al igual que los nueve leprosos que fueron sanados
(Lucas 17, 17-18): “17 Jesús entonces preguntó: «¿No han sido sanados
los diez? ¿Dónde están los otros nueve? 18 ¿Así que ninguno volvió a glorificar a Dios
fuera de este extranjero?»”, se olvidan de dar gracias por los bienes
recibidos de la mano de Dios, alimento, salud, trabajo, abundancia; lo cual es
causa de esa indignación de Jesús como se ve cuando él dice: (…) ¿Dónde están los otros nueve? 18 ¿Así que ninguno volvió a glorificar a Dios
fuera de este extranjero?»”, por eso ningún católico deje de mandar a
celebrar frecuentemente Santas Misas en “acción de gracias” por todos los
favores recibidos de nuestro Padre Celestial, muy particularmente en momentos
especiales como nacimiento de un hijo, conseguir un empleo, inaugurar una
empresa, adquisición de una vivienda, de un vehículo, un cumpleaños, etc.;
aprovechando esta ocasión para dar una primicia, un diezmo u ofrenda que
represente ante los ojos de Dios la valoración que damos al Don recibido.
Jesús invita al leproso que sana, presentarse ante el sacerdote y pagar
la ofrenda estipulada por el milagro recibido (Lucas 5, 14): “14 Y al
instante le desapareció la lepra. Jesús le dio aviso que no lo dijera a nadie.
«Vete, le dijo, preséntate al sacerdote y haz la ofrenda por tu purificación
como ordenó Moisés, pues tienes que hacerles tu declaración.»”
La importancia de la gratitud radica en que a nadie le gusta beneficiar
a los ingratos que no saben valorar lo que reciben. La importancia de ser
agradecidos, con lo que recibimos de Dios, no despreciar todos los bienes
materiales y espirituales que recibimos a diario como si se tratase de algo
común, que debe ser así, sino que debemos justipreciarlos con todo su esplendor
de dádiva divina.
3. Deshacer
las maldiciones intergeneracionales de ruina.
Los pecados que hayan cometido nuestros ancestros de codicia, ambición,
de robo o de estafa, junto con las maldiciones que hayan proferido o recibido,
pueden afectar nuestra economía en la actualidad, por eso no debemos dejar de
hacer oraciones de rompimiento intergeneracional de pecado.
Hay espíritus que se trasmiten de una generación a otra, por ejemplo:
Alcoholismo, ruina, violencia, brujería, adulterio, odios, resentimientos,
miedo, mentira, etcétera. También debemos cortar con las enfermedades que se heredan
como el cáncer, diabetes, cardiopatías, asma, etcétera.
Antes de citar oraciones de protección, rompimiento de maldiciones, para
destruir ataduras de deudas, de ruina o relacionadas con la brujería, debemos
tener en cuenta que lo importante no es el número de oraciones, sino la
intensidad de fe con la que se reza, pues, la intensidad de la fe en Cristo
debe ser superior a la que el hechicero tiene en Satanás.
También debemos hacer oración sobre el dinero que se reciba, pues las
cosas materiales pueden adquirir cierta contaminación espiritual, según el fin
pecaminoso con el cual hayan sido utilizados, por ejemplo, en una casa en donde
se haya hecho rituales satánicos se contamina de espíritus inmundos que hace
que el lugar sea invivible. De aquí que también el dinero que ha sido utilizado
por otros poseedores, para cometer pecados como el homicidio, para pagar
prostitución, pornografía, extorsión, sobornos, etcétera, adquieren una
maldición de Dios que puede dificultar aún más, la situación de las personas
afectadas por un maleficio de ruina económica.
3.1. ¿Cómo hacer para
que Dios escuche nuestra oración?
Buscar de todo corazón a Dios. (Jeremías 29, 13): “13 y cuando
me busquen me encontrarán, siempre que me imploren con todo su corazón.”
Confesarnos permanentemente. (1 Juan 1, 9): “9 Pero si
confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará nuestros
pecados y nos limpiará de toda maldad.”
Tener fe en Dios. (Marcos 11, 22-25): “22 Jesús
respondió: «Tengan fe en Dios. 23 Yo les
aseguro que el que diga a este cerro: ¡Levántate de ahí y arrójate al mar!, si
no duda en su corazón y cree que sucederá como dice, se le concederá. 24 Por eso les digo: todo lo que pidan en la
oración, crean que ya lo han recibido y lo obtendrán. 25 Y cuando se pongan de pie para orar, si tienen
algo contra alguien, perdónenlo,” y (Hebreos 11, 1): “1 La fe es como aferrarse a lo que se espera, es
la certeza de cosas que no se pueden ver.”
Tener una mente limpia. (Salmos 66, 18-19): “18 Si
hubiere visto maldad en mi corazón, el Señor no me habría escuchado. 19 Pero Dios me escuchó y atendió a la voz de mi
plegaria.”
Un carácter humilde. (Salmos 138, 6): “6 Desde arriba el Señor ve a los humildes y de
lejos distingue al orgulloso.”
Renunciar al pecado. (Isaías 59, 2): “2 Sino que sus maldades de ustedes han cavado un
abismo entre ustedes y su Dios. Sus pecados han hecho que él vuelva su cara
para no atenderlos.”
3.2.
A través de la oración podemos obtener lo que
deseamos.
(Juan 15, 7): “7 Mientras ustedes permanezcan en mí y mis
palabras permanezcan en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán.”
Al hacer oración debemos revestirnos del poder y la autoridad que Jesús
otorgó. (Lucas 10, 19): “19 Miren que les he dado autoridad para pisotear
serpientes y escorpiones y poder sobre toda fuerza enemiga: no habrá arma que
les haga daño a ustedes.”
Es fundamental que las oraciones se hagan invocando la protección de la
sangra divina de Cristo. El mismo Jesús nos dio autoridad para atar. (Mateo 18,
18): “18 Yo les
digo: «Todo lo que aten en la tierra, lo mantendrá atado el Cielo, y todo lo
que desaten en la tierra, lo mantendrá desatado el Cielo.” Y (Marcos 16,
17-18): “17 Estas señales acompañarán a los que crean: en
mi Nombre echarán demonios y hablarán nuevas lenguas; 18 tomarán con sus manos serpientes y, si beben
algún veneno, no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y
quedarán sanos.»”
Las siguientes oraciones nos servirán como guía, recordemos que a Dios le agrada que le oremos con fe y
confianza, pues, él, conoce la intención de nuestro corazón.
ORACION DE RUPTURA
DE RUINA ECONÓMICA
En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, por el
poder de su Preciosa Sangre y de su Santa Cruz, rompo, desato y disuelvo toda
envidia, maldición o maleficio que haya recaído sobre mi economía a causa de la
maldad de mis enemigos, de mis propias infidelidades al no cumplir con el
diezmo para la Iglesia o por los pecados e injusticias de mis antepasados que
puedan estar impidiendo las bendiciones económicas que Dios tenga para mí.
Lavo con la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo
toda contaminación espiritual que haya recaído sobre mis bienes económicos a
causa de los pecados que con ellos hayan cometido las personas que me los
dieron o los que yo he cometido con ellos.
Invoco la Providencia de Dios sobre mi
patrimonio, para que la bendición de Dios lo multiplique y lo haga rendir y me
comprometo desde este mismo instante a separar el diez por ciento (10%) de
todos mis ingresos netos o ganancias para darlos a la Iglesia.
Por último, nombro a la Santísima Virgen María,
administradora de todas mis pertenencias para que con ellas me alcance la
riqueza eterna del Reino de su Hijo. Amén.
ORACION PARA DESTRUIR
ATADURAS DE NUESTROS ANTEPASADOS
Hoy quiero cortar toda ruina, enfermedad, vicios
que vengan de mis antepasados ya sea por maldición o herencia (ora para que con el
poder de la Preciosa Sangre de Jesús sea destruido) todo aquello que me esté atormentando, en el
nombre Poderoso de Jesús de Nazaret, corto toda cadena que venga de mis
ancestros que queden hoy destruidas para que no pasen a más generaciones o a
mis descendientes.
Cubro con la Preciosa Sangre de Jesús y la corte
de Santos Ángeles a mis descendientes; permite que las aguas limpias y
sanadoras de tu Santo Espíritu protejan y liberen a mis hijos, nietos y demás
generaciones; y fluyan hacia las generaciones pasadas para purificar mi árbol
genealógico de todas las contaminaciones. Pido por mis antepasados por permitir
poderes que se oponen a la obra de Jesucristo y declaro en libertad a mis
descendientes; pido para ellos la abundancia Integral. Amén.
ORACION PARA DESATAR LAS
BENDICIONES QUE TE PERTENECEN
Padre Santo, protégenos de la usurpación de
Satanás, en el área económica, familiar, personal, de trabajo y estudio.
Enséñanos a visualizar los ataques del enemigo. Permite que alcance las
bendiciones asignadas para mi progreso espiritual y material. Con el poder de
la Preciosa Sangre de Jesús de Nazaret, destruyo toda deuda, enfermedad,
incomprensión, desánimo, confusión y ruina económica. Quiero desatar con la
fuerza de tu amor las bendiciones que anhelo y me corresponden (desata las bendiciones).
En actitud de oración dale gracias a Dios por esas bendiciones que
esperas recibir. Reza tres veces esta jaculatoria: “Ave María Purísima sin pecado concebida María Santísima.”
ORACION DE RENUNCIA CONTRA
LA BRUJERIA
En nombre de Nuestro Señor Jesucristo renuncio a
Satanás, a toda brujería o hechicería, espiritismo o adivinación que haya
practicado o que haya mandado hacer en contra de mis hermanos.
Por el poder de la Preciosa Sangre de Cristo y
de su Santa Cruz, yo le arrebato a Satanás toda autoridad, pacto o consagración
o cualquier tipo de derecho que por estos pecados tenga sobre mi mente, mi
corazón, mi cuerpo, mi alma, mi espíritu, mi familia, mi economía o cualquier
otro poder que pueda tener por los pecados de mis antepasados, si ellos
practicaron o recurrieron a las artes de las tinieblas.
Por último, decreto que toda esta autoridad que
hoy le arrebato a Satanás en el poderoso nombre de Jesucristo sea quebrantada,
aniquilada y destruida en el nombre de Dios uno y trino, el mismo Dios, que son
en el nombre Dios Padre Omnipotente, en el nombre de Dios Hijo Redentor del
mundo, en el nombre de Dios Espíritu Santo Defensor, y por el poder de atar y
desatar que tiene la Santa Madre Iglesia Católica, por la intercesión de la
gloriosísima siempre Virgen María y mediante el ministerio de los Santos
Arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael. Amén.
ORACION PARA DESATAR ATADURAS RELACIONADAS CON
LA BRUJERIA
Señor Jesús, deseo cambiar mi vida por la tuya,
te pido perdón por todas las faltas que he cometido contra ti y mi prójimo. Tú
sabes Señor que por mi ignorancia espiritual he cometido el error de acudir a
consultas de adivinos, practicando recomendaciones satánicas, amuletos,
lecturas de cartas, tabaco, objetos rezados, agüeros, esoterismos, etcétera, sé
que hoy estoy pagando las consecuencias de mis propios errores, por eso
renuncio a Satanás y a cualquier artimaña del diablo y a toda clase de
adoración que no ofrezca una verdadera alabanza y honor a ti Señor.
Por el poder de su Preciosa Sangre y de su Santa
Cruz, rompo, desato y destruyo cualquier maleficio y cualquier conjuro que
venga a través de mis antepasados u otra persona y que esté en contra mía y
afecte mi familia y mis bienes. En el Santo y Poderoso nombre de Jesús quedan
sin fuerzas, sin poder, sin autoridad y dominio. Amén.
ORACION DE
CONFIANZA
Padre Celestial, tú eres dueño de toda dádiva si
tú no nos negaste ni a tu propio hijo, cómo no ha de darnos con él todas las
cosas que necesitamos. Por eso hoy me dirijo con gran confianza a ti para
pedirte que me ayudes a salir de ésta situación (entrégale tus
dificultades), confío en tu
poder y majestad ya que para ti todo es posible, no hay nada difícil para ti y
tu deseo es que vivamos en abundancia ya que a ti no te agrada vernos
arruinados; sabemos que tú eres el dueño de todo el mundo entero, con todo lo
que en él hay y con todo lo que en él vive. Devuélveme la paz y la confianza a
mi corazón para esperar tu bendición en el tiempo que tú consideres oportuno.
Amén.
ORACION PARA
LIBERARSE DE TODA DEUDA
Señor Jesús, acepto tu obra
redentora en la cruz. Tú siendo rico te hiciste pobre para destruir toda ruina
de tu pueblo. Tú moriste por mí para darme libertad de toda deuda u obligaciones
financieras, enfermedad y ruina. Hoy reclamo mis derechos de redención, mi
abundancia integral (imagínate a Jesús en la cruz
muriendo por ti, entrégale todas las deudas u obligaciones financieras y demás
compromisos por cumplir, aunque no tengas el dinero en el momento confía en que
ya eres libre de todos ellos; imagínate que la Preciosa Sangre de Jesús está
destruyendo uno por uno tus problemas financieros).
Empieza a darle gracias a Dios y en fe repite cada instante: ¡Gracias Señor! ¡Amén Señor Jesús! Porque lo
que debía ya tú lo estás cancelando; ya soy libre de toda deuda por tu muerte y
resurrección; de ahora en adelante soy libre por Jesucristo que pagó por mí en
la cruz; soy prosperado y más victorioso(a). ¡Gracias Señor! ¡Amén Señor Jesús! ¡Amén Señor Jesús! ¡Amén Señor Jesús!
ORACION DE LIBERTAD
Padre Celestial, de ti procede
toda bendición en el Cielo y en la Tierra; en el nombre poderoso de Jesucristo
y de sus Santas Llagas destruyo todo poder de Satanás que quiera causar daño a
mi familia, trabajo, hogar, amigos, dinero, proyectos y grupos de oración, por
eso pido a María Santísima con sus Santos Ángeles que me protejan. Amén.
ORACION PARA PEDIR PROTECCION A FAVOR DE OTRA U
OTRAS PERSONAS
Dentro del círculo de la
Preciosa Sangre de Jesús, coloco a (decir el nombre o nombres de
las personas) para
que sean protegidos de todas las influencias del mal que existen en el mundo.
Sello sus mentes, sus
corazones y sus voluntades para que donde se encuentren en este momento
alcancen la libertad. En el Santo nombre de Dios uno y trino, Dios Padre, Dios
Hijo y Dios Espíritu Santo, ordeno a cualquier espíritu de deuda,
incomprensión, adulterio, enfermedad, hechicería o brujería, que queden sin
poder de autoridad sobre la vida de ellos, por lo tanto, los cubro con la corte
de los Santos Ángeles para que formen una cadena alrededor y el enemigo no
tenga ninguna influencia sobre ellos, los coloco dentro del corazón Inmaculado
de María Santísima para que sean liberados de los ataques de Satanás. Amén. Rezar el
Ave María.
ORACION PARA PEDIR
PROSPERIDAD EN EL TRABAJO O NEGOCIO
Te pido perdón Señor Jesús,
por mis faltas, deseo transformar mi vida. Quiero que tomes mi trabajo, empresa
o negocio para que sea bendecido. Te lo entrego para que sea próspero ya que tú
me permites a través de él recibir mi sustento para toda mi familia.
Levanto mis brazos hacia ti
¡oh Señor Jesús!, para recibir tus bendiciones tanto espirituales como materiales.
(Cierra tus ojos e imagínate que los Cielos se abren para derramar sobre
ti, tu familia y tus bienes toda clase de bendiciones). En la autoridad que Jesús me
da ato, ligo y encadeno todo espíritu de ruina y deudas y los coloco a los pies
de tu Santa Cruz. ¡Amén señor Jesús! ¡Amén señor Jesús! ¡Amén señor Jesús!
¡Gracias Señor Jesús! ¡Gracias Señor Jesús! ¡Gracias Señor Jesús!
ORACION PARA DESHACER
MALDICIONES
Padre Celestial amado, te
presento la Preciosa Sangre y la Santa Cruz de tu Hijo Jesucristo amado a mi
favor, a favor de mi cónyuge, a favor de mis hijos y de toda mi familia,
deshaciendo toda maldición que nos alcanzó: miseria, pobreza, hambre, falta de
abrigo, escasez, destrucción y humillación, por causa de nuestras palabras,
actitudes, debilidades y pecados. Padre amado, se tú deshaciendo todas las
maldiciones que llegaron hasta nosotros causadas por nuestros pecados sexuales
y por los pecados sexuales de nuestros antepasados. Que sea deshecha toda
maldición de adulterio, prostitución, homosexualismo, lesbianismo, fornicación,
impureza mental, agresividad sexual, conversaciones obscenas, bromas
maliciosas, divorcio y separación. Que estas maldiciones sean ahora deshechas
por el poder de la Preciosa Sangre y de la Santa Cruz de nuestro Señor
Jesucristo. Que todos los demonios que entraron en nuestra vida y en la vida de
nuestros hijos, trayéndonos estas maldiciones, sean ahora amarrados por tus
Santos Ángeles y Arcángeles, sin ninguna manifestación maligna. Que se
presenten delante de Jesucristo, para que él disponga de ellos según su Santa
Voluntad. Que estos demonios estén prohibidos de volver a nosotros y a nuestra
familia, en nombre de Jesús vivo y resucitado.
Padre amado, te presento la
Preciosa Sangre y la Santa Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, deshaciendo en mi
vida, en la vida de mi cónyuge, en la de mis hijos y de mis seres queridos toda
cadena de enfermedades que han llegado hasta nosotros: enfermedades del
corazón, presión alta, mareos, laringitis, sequedad en la boca, úlcera al estómago,
úlcera al intestino, enfermedad en el hígado, a los huesos, artritis,
osteomielitis, debilidad a los nervios, desequilibrio emocional y mental,
insomnio, pérdida de memoria (amnesia), locura, falta de ánimo, ceguera,
tendencia al estrés, depresión, diabetes, triglicéridos, colesterol … (citar
otras enfermedades posibles). Que
todas las cadenas que llegaron hasta nosotros y hasta nuestros familiares con
estas enfermedades, sean ahora amarrados, sin ninguna manifestación y que estén
prohibidos de volver a nosotros y a nuestros hijos. Que seamos una generación
para alabarte, adorarte y servirte.
Padre amado, te presento la
Preciosa Sangre y la Santa Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, a mi favor, a
favor de mi cónyuge y a favor de mis hijos y de todos mis familiares,
deshaciendo toda maldición que nos alcanzó: pánico, miedo, ansiedad, tensión,
aflicción, preocupación exagerada, inquietud, causada por nuestros pecados y
por los pecados de nuestros antepasados. Toma toda maldición que pueda haber
caído sobre nosotros, lanzada por personas conocidas, por nuestros enemigos,
por parientes (citar nombres de los parientes), vecinos, profesores, padres de alumnos, empleadas domésticas,
sacerdotes, personas religiosas, limosneros, maldiciones de persecución de personas,
traiciones, emboscadas, maldiciones contra nosotros, chismes, comentarios
bajos, difamación de nuestra persona, intrigas, odio, envidia. Se tú mi amado
Jesús deshaciendo toda maldición que pueda recaer sobre nosotros: asaltos,
ansiedad, angustia, tristeza, miedo, odio, venganza, agresividad, egoísmo,
aflicción, soledad, vacío interior, dolor de cabeza (jaqueca), auto rechazo,
crueldad, secuestro y rapto. Que sean ahora deshechas en nombre de Nuestro
Señor Jesucristo. Que todos los demonios que nos llegaron a través de estas
maldiciones sean ahora amarrados, en el nombre de Jesús, por los Santos Ángeles
y Arcángeles, sin ninguna manifestación maligna, y que se rindan a los pies de
Jesús, para que él disponga de ellos según su Santa Voluntad y que estén prohibidos
de volver a nosotros y a nuestros hijos, a nuestra casa, a nuestra mente, a
nuestro corazón, nuestra voluntad y nuestros afectos. Que seamos nueva
generación para alabarte, adorarte y servirte.
Padre amado, te presento la
Preciosa Sangre y la Santa Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, a mi favor, a
favor de mi cónyuge y a favor de mis hijos y de todos mis familiares,
deshaciendo en nuestras vidas todas las maldiciones que llegaron hasta
nosotros: robo, deshonestidad, hurto, fraude, trampa, mentira y engaño. Se tú
deshaciendo todas las maldiciones que llegaron hasta nosotros causadas por
nuestros pecados de idolatría y de los de nuestros antepasados. Que se deshaga
toda maldición de idolatría de poder al dinero, bienes materiales, idolatría de
dioses falsos, de búsqueda de sociedades secretas, espiritismo, ocultismo, de
las cartas, los horóscopos, de adivinar el futuro, uso de supersticiones,
creencias populares. Deshace, Señor, toda maldición de avaricia, incredulidad,
vicios de alcohol, cigarrillo, drogas y juegos, prácticas de homicidios,
aborto, suicidio, crueldades, agresividad, venganza y rebeldía. Que todos los
demonios que entraron en nuestra vida y en la vida de nuestros hijos y seres
queridos, a través de estas maldiciones, sean ahora amarrados, en nombre de
Jesús, para que él disponga de ellos según su Santa Voluntad, y que estén
prohibidos de volver a nosotros y a nuestros hijos, a nuestro corazón, a
nuestra voluntad, a nuestra familia, a nuestro hogar. Que seamos una nueva
generación para alabarte y adorarte. ¡Amén señor Jesús! ¡Amén señor Jesús!
¡Amén señor Jesús! ¡Gracias Señor Jesús! ¡Gracias Señor Jesús! ¡Gracias Señor
Jesús!
Pidamos a Jesús que llene con su Santo Espíritu todo el espacio que
queda vacío dentro de nosotros y de nuestros hijos y parientes. Que derrame su
paz sobre nosotros, que el Espíritu Santo de Sabiduría, fe y discernimiento.
BIBLIOGRAFIA:
La Sagrada Biblia.
Oraciones de Sellamiento.
Autor: ACOBA.
El que bien administra bien le va.
Stella Cuesta de C.
Oraciones para destruir ataduras de
ruina. Padre Wilman Fernández G. – Consuelo de Barrera.
Rompiendo Maldiciones - Oraciones.
Autor: ACOBA.
Libérate de toda deuda.
Autor: ACOBA.
Contra la Brujería.
Padre Juan Gonzalo Callejas Ramírez.
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