Respetado lector:

Esta es la sagrada Eucaristía para nosotros los católicos:

Jua 6:53-56 Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. (54) El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. (55) Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. (56) El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él.


jueves, 3 de noviembre de 2011

LA COMUNION EN LA MANO

Para quienes aún no lo saben, el recibir la comunión en la mano, es uno de los más grandes sacrilegios que se cometen hoy en día contra el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, y sin lugar a dudas también es pecado. Muchos se preguntarán: ¿pero porque algunos sacerdotes la entregan así? Porque fue permitido por medio de indulto, en épocas del papado de Pablo VI. Lo que casi nadie sabe es que fue introducida bajo engaño al Papa Pablo VI, quien no tuvo más remedio que permitirla con la mayor tristeza y desagrado, bajo indulto, y luego no la pudo detener; propagándose esta sacrílega práctica por casi todo el mundo. Fue una conspiración detrás de la cual se especula que estuvieron involucrados algunos miembros de la Iglesia, especialmente obispos, y la masonería europea, terribles enemigos de la fe y de la Iglesia Católica. La virgen María nos dice que la comunión en la mano surgió de un plan tramado desde las entrañas del infierno. Si usted recibe la comunión en la mano, le sugiero que cambie la forma de recibirla, recíbala en la boca como es la tradición, para que no lastime ni profane el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo. La madre Teresa de Calcuta, dijo una vez, que el pecado más grande que se cometía en el mundo era recibir la comunión en la mano. Que el espíritu de la verdad nos ilumine.

¿Por qué el Papa concedió el indulto si sabe las consecuencias?

Con el indulto no se busca derogar la comunión en la boca. «No se concede un bien sino algo de suyo MUCHO MÁS IMPERFECTO comunión en la mano que la ley general en vigor comunión en la boca. Esta concesión se debe a la decisión prudencial de TOLERAR un uso peligroso para evitar un mal mayor (la desobediencia generalizada)». 

«La comunión en la mano se introdujo sin autorización. Pablo VI se opuso tenazmente a permitirla pero decidió otorgar un indulto sólo donde el uso estaba ya arraigado y esto con el propósito de "ayudar a las Conferencias Episcopales a cumplir su oficio pastoral, con frecuencia más difícil que nunca a causa de la situación actual"».

EJEMPLOS DE TERRIBLES PROFANACIONES A CAUSA DE LA COMUNIÓN EN LA MANO

Extractamos a continuación unos testimonios publicados por el Padre Enrico Zoffoli, en su libro: «La Comunión en la mano, El verdadero pensamiento de la Iglesia según la verdadera historia del nuevo rito». Allí analiza a la luz de los hechos acaecidos en Italia después de la aprobación de esta forma de comulgar, mostrando los dolorosos errores en los que se cae con esta práctica, que a pesar de ser opcional, intenta imponerse, según su punto de vista, a todos por la presión ejercida a través de ciertos sacerdotes y movimientos, especialmente el Camino Neocatecumenal.

Las profanaciones de la Eucaristía llevada a los hogares durante las persecuciones en España, pasada la tempestad, sugirieron a la Jerarquía prescribir a los fieles que consumieran el Santísimo en seguida de haberlo recibido: quien osare violar la norma, sería considerado como sacrílego. Esta es una de las razones principales por las cuales la costumbre de la Comunión en la mano fue desapareciendo en todas partes hasta la abolición definitiva. Y es lo que deben reconocer hasta los más celosos sostenedores de la nueva práctica litúrgica, con la advertencia de Paulo VI en la Instrucción Memoriale Domini, gran importancia por ser la norma actualmente vigente en este tema; "... con esta forma de actuar –se refiere a dar la Comunión en la boca se evita con mayor eficacia el peligro de la profanación de las especies eucarísticas...". Por desgracia las mejores intenciones del Papa y el firme propósito de impedir un retorno al pasado no valieron de nada. Las Conferencias Episcopales del Norte de Europa fueron las primeras en pedir y obtener ese funesto retorno, obligando a la Iglesia a repetir las humillantes experiencias de los primeros tiempos. Todo fue precedido por graves abusos, a su vez introducidos por la lenta y tenaz infiltración de la teología y práctica (la Comunión en la mano es una práctica protestante). Es demasiado fácil comprobar que todo, paso a paso, se ha desarrollado en la dirección de una crisis del dogma, en una disminución de la devoción eucarística. No sabemos si la "crisis de la Eucaristía" ha llegado a la fase más aguda; pero no puede negarse que el haber concedido la Comunión en la mano, de hecho responde a una mira preestablecida por los enemigos declarados de la Fe. En 1970 el periódico francés Vers Demain, revelaba el plan masónico, informando que al final era preciso dar el "Pan" en la mano a los comulgantes para llegar a extinguir la Fe, o sea, inducir a los creyentes a pensar que la Eucaristía no es sino un símbolo de la cena y, en definitiva, un símbolo de la común fraternidad mundial.

Pero hay algo igualmente grave a consecuencia de la concesión de Pablo VI.Se espera toda suerte de abusos", escribía en ese entonces el Arzobispo A. Bugnini.

Desde muchas partes del mundo objetaron los Obispos: "Habría grave peligro de profanaciones": Los del Continente africano podían informar que "ciertos hechiceros tienen empeño en poseer cosas sagradas"; por lo cual la Comunión en la mano habría favorecido sus manejos supersticiosos. Y precisamente desde el otoño de 1969 los sacrilegios comenzaron:

"En un restaurante, un joven desmenuzó una Hostia con una tijera, para comprobar si sangraba, y desilusionado la arrojó al retrete. El hecho es relatado por el mismo dueño del comercio, de religión protestante y sucedió en Noviembre de 1969, Toggenburg, S. Gallo".

"En un Hospital de Alemania del sur, se encontraron, en un baño, tres Hostias, casi en descomposición, robo de un muchacho asignado a la cocina, que las había tomado con la mano. Se hallaron el 22 de diciembre de 1969".

"En un lavadero público, se encontró una Hostia consagrada en los pantalones de un chico. El mismo niño declaró que la tomó al comulgar en la mano, sucedió el 10 de enero de 1970". Testimonio dicho por el dueño de la lavandería.

"Cierto grupo de jóvenes estudiantes, tenían un floreciente comercio de venta de Hostias consagradas, que se procuraban fácilmente, desde la introducción de la Comunión en la mano. Las Hostias fueron reunidas y clavadas en la pared, como mariposas de colección, estado en el que se hallaron alrededor de (doscientas)!". Testimonio: el Deán de la Iglesia.


"Una señora que asistía diariamente a dos Misas, observó a un hombre que asistía también en las dos iglesias a la Santa Misa que ella frecuentaba y comulgaba en la mano, por lo tanto ¡dos veces al día! La señora informó de esto al Vicario General, a quien conocía muy bien. El hombre fue observado por varios días por la policía. Se descubrió su dirección. Un día fue detenido a la salida de su casa. Se le quitó el paquete que llevaba. Contenía un estuche con hostias! Cuando se le preguntó la razón, dio el nombre del destinatario que le garantizaba (cincuenta) francos por cada Hostia!". Testimonio de un Padre Dominico.


"Como sacerdote, fui obligado a distribuir la Comunión en la mano y ahí observé que de las hostias, hechas de pan común, cayeron a tierra fragmentos del tamaño de una uña del meñique y, que naturalmente, fueron llevados a la calle por los zapatos sucios de los comulgantes... Durante la distribución de la Sagrada Comunión a los muchachos, un alumno arrojó de las manos de otro el Cuerpo del Señor y el sacerdote que distribuía la comunión la pisó encima, hasta que logré rescatar la Hostia Santa de debajo de los zapatos de este señor". "Durante otra suplencia, cayó a tierra un fragmento considerable de la Hostia Consagrada y se la buscó inútilmente entre las baldosas del piso. Ciertamente se lo habrá llevado el agua, al limpiar el piso". Testimonio: el Párroco consejero espiritual.

 "Me encontraba al lado derecho del altar de S. José. Delante de mí había un señor, cuyo aspecto era notorio. Por eso le observé bien. Cuando el sacerdote había puesto la Hostia en su mano, se marchó. Yo me di vuelta y vi que levantó la Hostia en alto, mirándola por todas partes; luego mordiscó un pedacito y, de improviso, metió la mano en el bolsillo, sacó algo pienso que sería un portamonedas y puso en él la Hostia. También mi hijo, estudiante de medicina en Tubingen, observó el hecho".



"El 11 de Enero de 1971, pasó frente a mí una señora, después de comulgar en la mano, se sacudió las mismas una con la otra como se hace para dejar caer migas al comer, las personas que venían detrás pisaron esas "migas". No puedo resignarme al pensamiento de que Dios tenga que estar en el piso de su casa, pisoteado por tanta gente descuidada; pues como lo enseña la Iglesia, en cada fragmento, aún en los más pequeños, se halla Cristo presente, como hombre y como Dios".

"Un párroco, abrumado por los horrores de la comunión en la mano, cuenta como máxima prueba de el peligro de esta práctica, que un niño habiendo recibido la Hostia Santa la llevó a su casa y... ¡se la dio de comer a su perro!".

Y extractamos aquí el artículo publicado en El Semanario de Berazategui Nro. 246, en el cual el mismo Demonio opina sobre esta funesta práctica:

GRACIAS POR COMULGAR EN LA MANO

Ya estáis lo suficientemente maduros para tocar la Eucaristía con las manos, pues sois miembros del pueblo santo... ¡sóis santos! Desde Adán os lo vengo repitiendo, "sois como dioses" y merecéis eso y mucho más. Las oscuras fuerzas que detenían el progreso de la Humanidad han sido vencidas por vosotros, mi rebaño fiel, que sabéis interpretar mi voluntad. Hasta ahora os obstaculizaba un temor estúpido, una cuestión mínima, pero mis ministros os explicarán claramente... ya no sóis niños para comer en la boca... además es un peligro para la salud... y todos los demás lo hacen, ¿entendéis?... ya no importa. Dejad que mi doctrina os inunde, sed vosotros mis discípulos y predicad en mi nombre... así triunfaremos definitivamente. Veréis cuan agradecido soy, yo os protegeré y estaré con vosotros, especialmente en el momento de tomar a Jesús en vuestras manos... no importa que vuestro corazón lata fuertemente... no importa que sintáis un calor repentino allí, en la palma de la mano... no importa que sintáis mareos, dolor de cabeza o miedo... eso es sólo pasajero. Con el tiempo os acostumbraréis, y seréis mis fieles servidores que en todo el mundo repiten lo que en mi nombre hicieron los judíos y romanos aliados contra el Nazareno... manosear, desgarrar, enclavar, escupir, ensuciar ese cuerpo que pretendió ser Dios... ¡Dios!... A cambio yo seré vuestro verdadero señor y os llevaré a mi reino eterno conmigo. Dejad actuar a mis ministros, ellos os adiestrarán y convencerán... no opongáis resistencia y estaréis del lado de los que ganan la batalla... ellos, mis amigos, ridiculizarán a los que deseen arrodillarse y comulgar... ellos, mis sirvientes, atacarán a todo aquel que intente retroceder y lo aplastará con mis armas: la calumnia, la mentira, el respeto humano y la violencia... vosotros habéis entrado en mi camino, no podéis ahora quedaros aparte... vosotros sois míos cuando comulgáis en la mano y contribuís a que, en la confusión reinante sigamos robando hostias para nuestros cultos secretos. No importan los que no vienen a la Iglesia, ellos caerán irremediablemente bajo nuestra influencia pues el poder de mis seguidores es terrible cuando consiguen una Hostia consagrada... vosotros seguid comulgando en la mano, hacedlo costumbre... encubrid a mis hijos predilectos para que, confundidos entre vosotros sigan su tarea y por fin, el triunfo será mío definitivamente y me vengaré por siempre con vuestras manos... vuestras propias manos serán las mías cuando las partículas caigan al suelo, cuando sean pisoteadas... y si oís una risa incontrolable no sintáis temor... a veces no puedo resistirme al ver como mi plan por fin es llevado a cabo. Gracias, servidores fieles... ¡Gracias, por comulgar en la mano!

Vuestro amigo de siempre"




QUÉ LE HACEN A JESÚS SACRAMENTADO, LUEGO DE ROBAR LA HOSTIA CONSAGRADA, GRACIAS A LA COMUNIÓN EN LA MANO?

A continuación publicamos un artículo sobre las sectas satánicas, extractado del libro de Manuel Guerra Gómez, en donde explica cómo es un rito satánico en las MISAS NEGRAS y las profanaciones que realizan contra la Sagrada Eucaristía:

En The satanic Rituals, New York 1972 de ANTON LA VEY, vigente en su Iglesia de Satanás y en otros grupos. Su emblema es la estrella de 5 puntas con la cabeza del macho cabrío en el centro. Los adeptos de la Iglesia de Satanás se saludan haciéndose los cuernos con la mano. Las ceremonias se inician a la luz de las candelas rituales con el sonido de una campanilla, la invocación de Satanás como dios y la recitación de una letanía de 77 nombres de Satanás. Los participantes visten ropa negra, a veces con una máscara (los hombres), vestidos «sexualmente provocativos» (las mujeres). Hay un cáliz, una daga, un asperges de forma fálica, una campanilla, una imagen de Baphomet (nombre de una figuración híbrida, horrible, de Satanás), un altar ordinariamente en forma de mujer desnuda sobre una tabla (The satanic Rituals, p. 392).



La misa negra. El acto supremo del culto satánico es la llamada Misa negra simulación sacrílega de la Misa cristiana, celebrada de noche, ordinariamente en las cercanías de una ciudad. Podría definirse como el modo máximo y patente de mostrar el odio hacia Jesucristo, hacia Dios, y la devoción a Satanás. «El altar de la misa negra es una mujer desnuda, el crucifijo está cabeza abajo, hay un cáliz lleno de vino o de licor, los participantes vestidos de negro y encapuchados. Antes se requería un ex-sacerdote válidamente ordenado; ahora sobre todo una hostia realmente consagrada. El rito sigue al de la Misa católica (según las normas anteriores al Vaticano II). En ella, evidentemente, en vez del nombre de Dios, de la Santísima Trinidad y de Cristo, se invoca el nombre de Satanás. Al "Gloria", las alabanzas se dirigen a "dios señor del infierno". El "sanctus" es sustituido por "Salve, Salve, Salve, Señor Satanás, dios poderoso. La tierra y el infierno están llenos de tu gloria". El "Pater" se empieza con "padre nuestro que estás en el infierno". Después del Libera nos (1 oración tras el Padrenuestro) el sacerdote arroja al suelo la hostia consagrada y el pontífice la pisotea; hacen lo mismo el diácono y el subdiácono, mientras se hace sonar la campanilla no sin paroxismo (antes de arrojar la hostia al suelo, suele pasarla por el cuerpo de la mujer)...».


















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